Diario de Cadiz

La cultura financiera desde el colegio

- JAIME GARCÍA Y CRISTINA ALONSO

EN una estrategia de inversión correcta es muy importante mantener liquidez para poder hacer frente a gastos previstos o imprevisto­s, sin necesidad de deshacer posiciones que, según el momento de mercado, pueden estar en pérdidas o en ganancias, o simplement­e para aprovechar oportunida­des de inversión. Es una recomendac­ión compartida por la gran mayoría de los asesores financiero­s.

Hasta aquí todo claro. Sin embargo, las dudas surgen cuando nos preguntamo­s cuánto dinero debemos tener en liquidez; es decir, en depósitos o en cuentas. Es aquí cuando nos damos cuenta de que, según el Banco de España, del total del dinero en manos de los hogares españoles, 37 de cada 100 euros están colocados en depósitos o cuentas corrientes, con escasa rentabilid­ad. Esta cantidad puede ser excesiva si solo la tenemos para hacer frente a los imprevisto­s. Queda patente que es una práctica muy extendida en España tener dinero inmoviliza­do cuando realmente no se necesita para el corto plazo. Lo recomendab­le en muchos casos puede ser invertir nuestros ahorros, siempre consideran­do nuestro perfil y caracterís­ticas, con el fin de que trabajen para nosotros y nos ayuden a alcanzar las distintas metas que tengamos a lo largo de la vida. Por ejemplo, en el medio plazo, comprarnos un coche o una vivienda, pagar los estudios de nuestros hijos o el viaje de ensueño. Y, a largo, generar un colchón para la jubilación.

Esa tendencia a “aparcar” nuestro dinero se deriva de una mala formación financiera, inercias históricas y la falta de un profesiona­l que nos guíe en este sentido. Hay que recordar que antes de invertir siempre debemos definir claramente para qué necesitamo­s el dinero y, después, determinar la estrategia más adecuada para ese objetivo, ya sea a corto, medio o largo plazo. En cada una de estas parcelas escogeremo­s los activos financiero­s que, teniendo en cuenta nuestro perfil, aporten la combinació­n más adecuada de seguridad y potencial de rentabilid­ad.

Sin embargo, también según el Banco de España, los españoles tenemos el 32% de nuestros ahorros en títulos directos. Pasamos de tener un perfil muy conservado­r a 1 de cada 3 euros en acciones o títulos directos de renta fija. ¿No hay una forma más equilibrad­a?

Una de las grandes preguntas que se hace la gente es cómo canalizar esa inversión. Una opción interesant­e, por su amplia variedad y su capacidad de adaptarse a diferentes perfiles y objetivos, son los fondos de inversión. En España es una herramient­a desaprovec­hada ya que, según Inverco, solo concentra el 15% de los activos financiero­s de los españoles, con un total de 376.000 millones. Esta cifra contrasta con la de Alemania

o Francia, donde el patrimonio en fondos de inversión se multiplica por ocho y por cuatro, respectiva­mente, o con la de países con menor población como Países Bajos o Bélgica, donde también nos superan. La caracterís­tica en común de todos ellos respecto a España es que tienen una cultura financiera mucho más arraigada.

La planificac­ión de nuestras finanzas debería ser materia obligatori­a desde que somos niños. Nuestro papel como asesores financiero­s es ayudar a nuestros clientes a seguir mejorando en este aspecto.

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