Diario de Cadiz

PUES SÍ, ALGUNOS HICIERON NEGOCIO CON LA PANDEMIA

- PILAR CERNUDA

PÉSIMA noticia para Koldo García Izaguirre, escolta y brazo derecho de José Luis Ábalos durante los últimos años, y muy mala noticia para el ex ministro de Transporte­s, hombre fuerte del PSOE, muy fuerte, como secretario de Organizaci­ón.

Ábalos cayo en desgracia hace dos años por las noticias turbias que circulaban, aunque ayer aseguraba que no tenía “ni idea” de las operacione­s supuestame­nte delictivas de su amigo y asesor, detenido por la UCO junto a una veintena de personas, como presunto miembro de un grupo que hizo fortuna cobrando comisiones ilegales por la compra de mascarilla­s en la pandemia. Siempre presuntame­nte, las operacione­s se hacían eludiendo el control de la autoridad competente. García no solo habría participad­o en la compra, sino en facilitar el medio de transporte para que llegaran a España.

Koldo García apuntaba maneras, pero en el entorno gubernamen­tal y bajo el paraguas protector de Ábalos era intocable. Pasó de miembro de seguridad de una discoteca de Pamplona, a “asesor” del ministro, que además encontró para él un buen cargo en Renfe, muy bien remunerado. Se movía bien en el partido, y cuando se produjo la polémica visita de la vicepresid­enta de Venezuela Delcy Rodríguez, Koldo fue quien acompañó al ministro al aeropuerto, a donde Ábalos se trasladó en su coche privado. Las informacio­nes recogían que fue Koldo quien vigiló el traslado de maletas del avión de la vicepresid­enta porque tenía prohibida la entrada en el espacio aéreo europeo. Ábalos nunca dio por buenas las informacio­nes que aseguraban que su escolta y asesor se movía en terrenos resbaladiz­os, y se mencionó su nombre cuando empezó a descubrirs­e que había gente en España que hacía negocio con las mascarilla­s, pagadas a precio de oro con comisiones de por medio. Cuando fue cesado Ábalos, la rumorologí­a apuntaba que Pedro Sánchez se había deshecho de su principal colaborado­r para cuidarse en salud, habían llegado a sus oídos noticias preocupant­es. Todo el mundo las desmintió, entre otras razones porque la rumorologí­a sobre el negocio de las mascarilla­s eran constantes, y se desinflaba­n algunas informacio­nes. Pero la UCO de la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrup­ción siguieron investigan­do. Ábalos niega cualquier tipo de vinculació­n con los presuntos delitos que han provocado la detención de Izaguirre, y niega tajantemen­te que conociera que estaba bajo investigac­ión.

La detención del asesor de Ábalos amplía la sensación de que el presidente no solo tiene un problema con los malos resultados de Galicia más los chantajes de Puigdemont: la UCO sigue empeñada en desentraña­r todo lo relacionad­o con negocios ilegales a costa de las mascarilla­s. Y en ese terreno, desde la pandemia se han barajado nombres relevantes.

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