El Ballet Flamenco de Andalucía escribe un nuevo capítulo
parece encarnar una afirmación que hace el consejero de Turismo, Cultura y Deporte Arturo Bernal a propósito del BFA, que “quienes han llegado hasta aquí, a pesar de su juventud, demuestran ya un talento extraordinario”. Aguilera se impuso el pasado agosto en el XX Concurso Internacional de Baile por Alegrías, organizado por la peña La Perla de Cádiz, y va a intentar compaginar su formación en el Conservatorio Superior de Danza de Madrid con esta “gran oportunidad” que se le ha presentado.
A la utrerana Sofía Suárez, que a sus 23 años es otra de las incorporaciones del BFA, el flamenco le corría por las venas. Es hija del guitarrista José Suárez, Pitín Hijo, y de la bailaora y docente Agui Arenas, de los que había aprendido que el arte alcanza la plenitud gracias a la disciplina y la técnica. Se formó en el Centro Andaluz de Danza, “con profesores como Rubén Olmo, Miguel Ángel Corbacho y Matilde Coral”, y ha bailado para Antonio Canales o María Pagés, con quien ha llevado de gira De Scheherezade. “María [que fue directora del Ballet Flamenco de Andalucía] me ha dicho que exprima el privilegio que tengo, que lo viva, que estos años son fundamentales en la carrera de una artista”.
El murciano Pablo Egea, de 34 años, uno de los veteranos de la formación, cree que la juventud de Patricia Guerrero llevará al BFA “a lo más alto”. Las primeras impresiones que tiene este profesional que ya pasó por el Ballet Nacional de España entre 2010 y 2016, que ha colaborado varias veces con Javier Latorre y ahora compartía su virtuosismo en los tablaos, es que la “cercanía” y “humanidad” de Guerrero van a hacer más llevadero el intenso trabajo que les queda. En el horizonte espera, este verano, Pineda, la obra que estrenarán en los Jardines del Generalife dentro del ciclo Lorca y Granada y que ya han comenzado a ensayar. Más lejana aguarda Tierra bendita, la ambiciosa suite en la que Patricia Guerrero condensará los bailes y cantes más significativos del flamenco.
El elenco del nuevo BFA se completa con el bailaor Eduardo Leal como maestro repetidor, y los bailaores Claudia Calle, Lucía Fernández, María Carrasco, Ángel Sánchez y Hugo Aguilar. Los cantaores escogidos para esta nueva etapa, seleccionados en otras audiciones, son Amparo Lagares y Manuel Jesús García, mientras que la guitarra correrá a cargo de Jesús Rodríguez y José Luis Medina; y como percusionista, el Ballet contará con David Rodríguez. Un equipo que tendrá que dialogar con el presente y la modernidad, pero también deberá mantener vivo el legado que, como recordó el consejero, han dejado “auténticas leyendas” como Mario Maya, Cristina Hoyos o María Pagés, en la dirección, y Antonio Gades, Eva Yerbabuena o Isabel Bayón en la coreografía. Guerrero afronta el desafío de estos tres años con “ilusión” y la certeza de unos aliados “que sienten pasión por la danza y el flamenco”. Lo que queda, para el disfrute de los espectadores, es mucho baile.