Netanyahu presenta una posguerra en Gaza bajo el yugo militar de Israel
● Revela un plan con una Franja desarmada y la seguridad en manos de Tel Aviv
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reveló ayer su para el día después de la guerra en Gaza, cuyos principales puntos son la desmilitarización de la Franja, que su seguridad dependa de Israel y donde la Unrwa, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, no tenga cabida.
El plan fue inmediatamente rechazado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que sostiene que solo busca “perpetuar la ocupación israelí”.
En un documento, presentado la noche del jueves al gabinete de guerra para su aprobación y publicado ayer viernes por la Oficina del Primer Ministro, Netanyahu recordó los objetivos a corto plazo: destruir las capacidades militares y la infraestructura gubernamental tanto de Hamas como de la Yihad Islámica, liberar a los rehenes e impedir que Gaza vuelva a ser una amenaza.
A medio plazo, el mandatario anunció una Franja en la que Israel mantenga la libertad de operaciones militares “sin límite de tiempo”, con un perímetro de seguridad en la divisoria y el control israelí de la frontera entre Gaza y Egipto para evitar la reaparición de “elementos terroristas en la Franja de Gaza”.
“La Valla Sur funcionará, en la medida de lo posible, en cooperación con Egipto y con la asistencia de Estados Unidos, y se basará en medidas para impedir el contrabando procedente de Egipto, tanto subterráneo como aéreo, incluido el cruce de Rafah”, detalla el documento.
También Israel dice que mantendrá el control de seguridad sobre Cisjordania y Gaza, mientras que en el enclave “habrá una desmilitarización completa”, más allá de lo necesario para mantener el orden público.
Respecto a la administración civil y el orden público, estarían reguladas por funcionarios locales con experiencia administrativa alejados de “países o entidades que apoyen el terrorismo y no recibirán pago de ellos”, dice el documento, que anuncia un “programa integral” de lo que llama desradicalización de las instituciones religiosas y educativas en el enclave, con la ayuda de otros países árabes.
La Presidencia palestina, liderada por Mahmud Abás, respondió que no aceptarán una Franja de Gaza que no forme parte de un Estado palestino “independiente con Jerusalén como su capital”, dijo Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino Abás.
“Cualquier plan contrario está destinado al fracaso”, se advierte en su comunicado, en el que se denuncia que el plan de Netanyahu pretende “perpetuar la ocupación israelí” de los territorios e “impedir el establecimiento de un Estado palestino” lo que, dijo, solo traerá nueva violencia e inestabilidad a la región.
Por su parte, Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, principal socio de Israel, reiteró que su país no quiere ver una preocupación israelí de la Franja de Gaza ni una reducción de su territorio, después de que Israel haya propuesto controlar la seguridad del enclave palestino.
El jefe de la diplomacia estadounidense reconoció desde Buenos Aires que no ha visto los “detalles” del plan del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y dijo que prefiere guardarse su opinión. No obstante, recordó que la postura de Estados Unidos es desde hace meses que Gaza deje de ser “una plataforma para el terrorismo”, e insistió en que no “debe haber una reocupación” israelí del enclave ni debe reducirse su territorio.
Paralelamente al anuncio del nuevo plan, el colono y ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, anunció la construcción de más de 3.300 nuevas viviendas en tres asentamientos de Cisjordania, en respuesta al tiroteo mortal por palestinos que causó la víspera la muerte de un israelí en esa zona.
Smotrich, miembro del partido de extrema derecha Sionismo Religioso, dijo que Israel buscará la pronta aprobación para la construcción en los asentamientos, ilegales según la comunidad internacional, de 2.350 nuevas viviendas en Maale Adumim –cerca del cual se produjo el tiroteo–, 300 más en Keidar y otras 694 en Efrat.