Entre historia y libros
La decoración y los espacios de la casa reflejan la historia de las generaciones de la familia que la habitaron y, sobre todo, del escritor Luis Berenguer Biblioteca. Conserva todos los libros y recuerdos familiares del escritor Luis Berenguer
Comedor.
Lo ocupa una gran mesa diseñada por su últimos propietarios
HOY recorremos una casa histórica y singular ubicada en la calle Real en San Fernando. La casa familiar, actualmente de la familia Berenguer Monzón, conserva todos los materiales originales de su construcción, que a través de varias generaciones de la familia Monzón han sabido mantener y que los actuales descendientes conservan, llegando a ser uno de los espacios mas bonitos de la localidad isleña. En esta casa vivió el escritor Luis Berenguer, casado con Elvira Monzón, marino de profesión y escritor. La localidad de San Fernando está celebrando con diferentes actos, el centenario de su nacimiento durante este año.
Un recorrido por la casa te transporta al siglo XIX con sus ventanales, con sus cristales al agua, sus suelos de olambrilla y cenefas de cerámicas de Triana, de barro y otros de mármol de Carrara; y sus embocaduras en molduras de escayolas en sus puertas y medio punto. La casa tiene dos plantas; la planta baja y la alta. En la planta baja se sitúa el patio, el jardín, el cuarto de estar, el comedor, el salón, la biblioteca, 6 dormitorios, 3 baños y la cocina. Y la planta alta en la actualidad es la que se utiliza para el estudio de una de las jóvenes de la familia, la pintora María Romero, que ha heredado la creatividad de su abuelo.
Una entrada con un damero de mármol de Carrara en su suelo, un zócalo de azulejos italianos en azul y blanco y una puerta de clavo da acceso al patio de la casa. Conserva ese ambiente típico de un cuadro costumbrista de las casas andaluzas del siglo XIX. Un escudo familiar da la bienvenida junto con un banco sevillano de enea y un arcón de finales del siglo XIX. Entre sus esquinas se ubican unos bonitos maceteros del mismo periodo mencionado que combinan la madera y cerámica. Todo el patio comunica con las diferentes estancias de la casa con una importantes puertas con arcos de medio punto con embocaduras en molduras de escayolas.
El despacho o biblioteca de la casa es una de las estancias que más cuidan y protegen sus propietarios. En ella se encuentra la biblioteca del patriarca de la familia, fallecido en 1979. La biblioteca custodia entre sus libros, las novelas que escribió Luis Berenguer. Sus paredes se encuentran cubiertas por una gran diversidad de carteles de diferentes temáticas que en su día eligió el escritor. A ello le acompaña un conjunto
de muebles decimonónicos como una mesa de despacho, o mesas auxiliares, donde se apoyan fotos y recuerdos familiares. El comedor lo ocupa una gran mesa de madera para catorce comensales diseñada por los propietarios con un conjunto de sillas de madera y enea. Desde una gran cristalera que comunica con el jardín exterior recibe toda la luz natural.
El comedor se encuentra junto al cuarto de estar que es el lugar que se utiliza para las grandes reuniones familiares. Esta habitación tiene dos espacios creados con una mesa central y un conjunto de sillones alrededor. Lo protagonizan sus maravillosas vitrinas con sus embocaduras de medio punto en molduras de escayolas. En su interior conservan diferentes vajillas y cristalería destacando un juego de café de Macao o de Vieux París.
La sala es otro de los espacios que conserva reliquias familiares, desde sus pinturas –algunas del escritor Luis Berenguer– hasta su mobiliario, que se apoya sobre un bonito suelos de olambrillas y cenefas de cerámica de Triana y barro. Entre sus elementos ornamentales conservan un antiguo piano de cola en miniatura o un antiguo tocador. Entre sus colecciones destaca una colección de abanicos que se custodia en una vitrina inglesa del siglo XIX.
El jardín es otro de los lugares mágicos de la casa que lo decora plantas de diferentes especies junto con un brocal de mármol y un panel azulejo de cerámica de Triana de la Virgen del Carmen.
El esfuerzo diario de las diferentes generaciones junto con la conservación y cariño de los actuales propietarios, contribuyen a enriquecer el patrimonio de la localidad de San Fernando.