Tiempo de poda en los viñedos de la Serranía de Ronda
● Las bodegas definen con este trabajo la producción para la próxima vendimia y tratan de conseguir que las plantas tengan un mejor envejecimiento dejando libre el circuito de savia
Tiempo de poda en los viñedos de la Serranía de Ronda. Un trabajo que realmente supone el inicio de la creación de las futuras añadas, ya que definirá la producción de cada una de las cepas. Un trabajo fundamental que necesita de manos expertas que conozcan a la perfección esta labor que, además de marcar la próxima vendimia también puede suponer un problema para las plantas en caso de que no se realice de forma correcta.
Se trata de un elemento esencial para conseguir un envejecimiento sano de las plantas. Una técnica que se denomina poda de respeto y que aplican bodegas como Cortijo Los Aguilares.
“Es una poda que a priori no parece la más evidente porque deja muchas veces pulgares muy largos y mucha madera vieja que parece un poco sucia, pero es una poda que es la tradicional cuando este trabajo se hace bien y que permite que el camino de la savia esté limpio y no se hagan cicatrices”, explica
Bibi García, directora técnica de la bodega.
No siempre la imagen exterior más bonita tiene que coincidir con un estado interior más sano de la planta. “Cuando las podas las hacen personas que no saben muy bien y que van recortando mucho la madera para que la planta quede en aspecto más bonita, lo que va generando son cicatrices internas en forma de cono que hace que penetre en los vasos y los va obstruyendo”, señala García.
Este aspecto también hace que la planta sea más sensible a enfermedades o estrés, por lo que considera que es fundamental hacer un buen trabajo en este aspecto con equipos formados. “Llevamos años trabajando en ese sentido”, afirma.
De igual modo, también es importante la fecha para su realización, ya que en zonas como la Serranía de Ronda mientras más pueda retrasarse, mejores efectos tiene sobre el resto del proceso.
“Estamos en un clima cálido en el que mientras más retrasas la poda, más retrasas la brotación y más retrasas el ciclo”, dice García, que apunta a la importancia de este hecho para que la parte final del ciclo sea lo más tardío posible teniendo en cuenta que cada año se adelanta más la vendimia. “Todo lo que sea desviarlo hacia el otoño nos va mejor en zonas como la nuestra”, afirma.
Eso sí, no es un trabajo fácil de conseguir cuando los viñedos tienen un cierto volumen y poderlo hacer siempre a finales de febrero.
“Para hacerlo con equipos que estén bien formados y conozcan bien la planta es complicado al manejar unas 40 hectáreas como es nuestro caso, por lo que empezamos a mediados de enero”, señala Bibi García.
Un trabajo que posteriormente se complementará con una segunda poda sobre los brotes que tenga la planta y que dependerá de si se considera que se trata de una cantidad excesiva en función de cada vid.
Todo no es un proceso sencillo y depende de cada planta, la variedad o la cosecha anterior o de cómo han salido los brotes. “Ahora llevamos muchos años de sequía y es mejor dejar menos carga para que la planta pueda madurarla toda adecuadamente”, explica.
No obstante, como apunta García “no es algo matemático” y que puede llegar incluso a necesitar de una vendimia en verde cuando hay un exceso de racimos.
Un trabajo que todavía se complica mucho más con las condiciones climáticas actuales con días de calor y posteriormente frío que pueden provocar que las plantas broten antes de lo deseado con el riego que ello conlleva.
Retrasar lo máximo posible este proceso también influye en la brotación
En algunos casos también se hace luego una poda en verde si hay mucha carga