Huelga trabajadores del campo
El año 1940 se llamó el ‘Año del hambre’, ya que recién terminada la Guerra Civil los jóvenes estaban en los ejércitos nacionales y los campos no se habían labrado por falta de personal masculino, sustituyendo las mujeres lo que los hombres no podían hacer; además se sufrió una espantosa sequía y por supuesto España no tenía pantanos para guardar el agua con que regar lo poco que se plantó. Las cáscaras de plátanos cocidas con sal era un exquisito manjar.
Hoy en día, tenemos pantanos secos y escasea el agua ya que no llueve con la frecuencia de otros años y además se han destruido muchas presas que almacenaban el agua y la soltaban cuando era necesario. La política de la Unión Europea en la actualidad es comprar los alimentos de temporada a los países subdesarrollados, donde las aguas de regadío no siempre están lo suficientemente limpias y depuradas produciendo una enfermedad estomacal compuesta de anquilostomas que producen vómitos y diarreas al consumir los alimentos crudos. El río Jarama iba arrastrando aguas fecales de la capital de España y a su paso servía para regar muchas verduras: lechugas, repollos, tomates, coles, etc., al no necesitar cocción para comerse y sin un buen enjuague aparezcen las terribles y molestas enfermedades gastro intestinales.
Hemos tomado a risa las elecciones para el Parlamento Europeo y allí se mandan a los políticos de segunda o tercera fila, que ignoran que todas las medidas que se toman, se discuten y se votan en el Parlamento Europeo, repercuten en sus países. Dichos parlamentarios son los que deciden nuestra vida y nuestro campo, procurad que se vote lo mejor de cada partido político, procurando que los menos listos no salgan votados, porque ya lo dice el refrán: “De un tonto se espera una tontada y de un burro una patada”. Felipe Díaz Gutiérrez (Correo)