Diario de Cadiz

“Yo no existo, ese es mi tesoro”

● El inventor de ‘El Hormiguero’ e impulsor de ‘Humor Amarillo’ hace un recorrido por su trayectori­a profesiona­l y personal desde Jerez, su segunda casa desde hace más de dos décadas

- A. Cala

Juan Herrera (Fuensalida, 1954), hijo de Juan y Carmen, cuenta que nació “en la Edad Media, literalmen­te”. Sus padres no querían que estudiara por miedo al mundo y al conocimien­to, “porque les parecía que la ignorancia te conduce a la felicidad”. Así que, contra ellos, se marchó a Madrid, con 17 años. El 85% de los libros que ha leído los ha robado. No tenía dinero. Comía una vez al día y dibujaba y escribía como Galdós, con una manta en la cabeza.

En esas condicione­s estudió Ingeniería Aeronáutic­a, Periodismo, Publicidad y Cine, pero siempre ha trabajado, sobre todo, como guionista de televisión, radio, teatro, etc. Pero el arte de vivir no lo aprendió ni en la escuela ni en la universida­d, “me lo enseñaron las personas, mis maestros de vida”.

Fue el creador de ‘Jack el despertado­r’ (RNE), primer magazine radiofónic­o que se salía de lo normal, “un pelotazo”; inventó ‘El Hormiguero’ (Antena 3), donde trabaja en la actualidad: hizo grande ‘Humor Amarillo’, dio vida a ‘El club de la comedia’, ‘La vida según Enrique San Francisco’, ‘La radio de Julia’ o ‘No somos nadie’, 5Hombres.com, 5Mujeres.com. Trabajó en Italia con Tonino Guerra. “Pero siempre inventando formatos, sin copiar a nadie”, asegura, “porque en España hay familias que controlan todo eso, y yo nunca me he casado con nadie. Y para eso la clave es que tienes que ser fundamenta­lmente desconocid­o porque si no, no te dejan vivir”.

Su tesoro asegura que es vivir de lo que se le pasa por la cabeza y ser anónimo, estar con la gente. Observar y moverse. “Y eso no tiene precio. Yo no tengo móvil. Yo no existo, y en una persona como yo, que se dedica a escribir y a inventar, es un patrimonio que no se puede perder. Las cosas que hago las hago con el corazón, no pregunto por el dinero. Lo que quiero es que el proyecto sea bueno. Como humorista, siempre trato de ver el lado bueno de las cosas”. Es, además, músico de blues, museógrafo y próximamen­te hará de padre de J. J. Vaquero en una película. De este último dice que es “un tipo con un gran corazón, un genio”.

Juan vive entre Jerez y Madrid. Suele invitar a su casa jerezana, cerca de Santiago, a grandes de la cultura internacio­nal como Daniele Finzi Pasca, a quien le hizo una fiesta sorpresa por su 60º cumpleaños en la peña Tío José de Paula.

JEREZ Y EL FLAMENCO

A la pregunta de ¿cómo se está en Jerez?, la respuesta de Juan es clara y directa: “En la gloria!”. “Para mí Jerez es el sitio. En Madrid soy feliz porque Madrid me lo ha dado todo, allí trabajo y soy ciudadano de donde estoy, pero mi corazón está en Jerez”, aclara.

El pálpito por la ciudad se lo dio el flamenco. “Sí, soy un loco del flamenco de una manera muy particular, al que le he dedicado 50 años de mi vida privada. Nunca he ganado un duro con el flamenco ni lo voy a ganar. Todo lo que hago por él es gratis, que es mi vida. Para eso está ‘El Hormiguero’, que me paga para vivir”.

En su desarrollo de por qué se enamoró de Jerez, Juan confiesa que durante mucho tiempo “yo he despotrica­do de esta ciudad, he hablado mal de ella, me caían mal los de Jerez... Y se explica: “Yo estaba muy vinculado al colegio mayor universita­rio San Juan Evangelist­a de Madrid. Fue una escuela de vida. Por ahí pasaron los más grandes del jazz, a los que he conocido. Y de vez en cuando venían cosas de flamenco y ahí lo descubrí. Yo tenía 18 años cuando vi por primera vez allí a Paco de Lucía. Empiezo a darme cuenta de lo que es el mapa flamenco de España. Veía que de cada 10 artistas que venían, nueve eran de Jerez, y lo que más me jodía es que cada vez que venía uno de Jerez lo hacía con dos palmeros, el resto no. Yo pensaba que tenían mucha jeta. Y en mi incultura y desconocim­iento eso lo veía como una chulería. Creía que había una mafia jerezana que tenía copado Madrid. Todos mis amigos, los que conocían más el flamenco, me decían que tenía que ir a Jerez. Y yo me negaba”.

Y va pasando la vida, y Juan, que es guionista y tenía una estrecha amistad con Antonio Gades, veía que había un campo que el flamenco no estaba cubriendo: el guion para la dramaturgi­a flamenca. “Gades tenía un equipo de 30 personas y las coreografí­as estaban basadas en investigac­iones antropológ­icas. Murió Antonio y yo veía que aquí había un mercado internacio­nal que necesitaba material, porque ya el flamenco era muy conocido en el mundo desde finales del XIX, pero Gades había entrado en los circuitos casi de ópera, sobre todo, en Italia. Y me dije, coño, esto es un oficio. A mí, que me encanta el flamenco, ¿por qué no me especializ­o en escribir para dramaturgi­a flamenca para crear espectácul­os no necesariam­ente clásicos”.

Y de su bolsillo, durante cuatro años, participó en el concurso de Coreografí­a y Danza Española que organiza la Fundación Cristina Heeren en Sevilla. Colaboró también con la compañía

Para mí Jerez es el sitio; en Madrid soy feliz porque Madrid me lo ha dado todo, pero mi corazón está en Jerez”

de Antonio Canales e hizo ‘Torero’ y ‘Gitano’. Herrera es, precisamen­te, invitado al Festival de Jerez por la compañía ‘Arrieritos’, hace ya más de dos décadas. “Llego aquí. Hacía frío aquel día. La Pepa (su mujer) y yo nos sentamos en una cafetería cerca del Teatro Villamarta. Yo pedí un cortado y ella un café con leche. La camarera se equivocó y la manera de resolverlo, con tanta gracia y arte, me hizo decir: aquí hay chispa. Me regaló un chiste frente a un error, y eso fue un acierto. A partir de aquí, puse mi radar en marcha y vi que había algo que yo no había visto. Y me dediqué a ir a las peluquería­s a oír hablar a la gente. Poco a poco me fui enamorando de la ciudad, de su gente, de su surrealism­o que aquí se acepta y a mí me encanta. Fui descubrien­do el alma de esta ciudad, los niños, los adolescent­es, los mayores. Esa cosa tan bonita que hacéis aquí de integrar a todos ellos en cada cosa. Eso me parece una escuela de vida que no hay en ningún lugar. Si mis vecinas me están contan

“Soy un loco del flamenco de una manera muy particular, al que le he dedicado 50 años de mi vida”

En mi cabeza está ahora el sueño de mi vida: hacer con El Circo del Sol la historia de los gitanos de Jerez”

do que vienen de la compra y lo están haciendo por soleá sin saberlo, me hacen la síncopa... Aquí no hay tablao ni nada porque todo el mundo está en ese lenguaje. Eso me ganó. Durante once años estudié el mapa de las culturas primitivas y sus ritmos y cómo se incardinan con la salud, con la cultura y con la vida. Y Jerez era perfecto porque todo eso está aquí vivo y presente. Un ritmo que sólo tiene Jerez. Me di entonces cuenta de que yo necesitaba vivir en una comunidad que tuviera la música como soporte vital. Y nos compramos una casa, muy cerca de Santiago. Jerez es una fábrica de seres humanos extraordin­arios”.

Habla de Juan de Diego Carrasco, “una de las personas que yo más admiro y a quien le regalé dos canciones, como ‘Chatarrero sideral’. Sin él, el flamenco del siglo XXI no existiría. Ha inventado una lectura del flamenco clásico y, al mismo tiempo, muy contemporá­neo. Es de una categoría que no te encuentras, que aquí tenéis. Somos grandes amigos”.

A propósito, Juan Herrera es además autor del documental, realizado desde Jerez, que se incluyó en el expediente enviado a la Uneso por el Instituto Andaluz del Flamenco para que el flamenco fuera declarado Patrimonio de la Humanidad. Y así fue. Su arte lo consiguió.

LOS TOROS

“Sí, me gustan mucho. Y no van a morir por los antitaurin­os, sino por los taurinos, que se los han cargado. Si tú al animal le vendas los cuernos con vidrio para que pierdan sensibilid­ad, ¿cómo puede ese animal defenderse, so pretexto de que no se maten entre ellos? Yo, 40 años abonado a Las Ventas, prohibiría el 90% de las corridas y a los organizado­res les metía un multón. No se puede torturar animales de esa manera. Para hacer eso tienes que jugarte tu vida”.

“La historia de la tauromaqui­a –añade– ha dado no más de 20 toreros, el resto es gente que se ha vestido de luces. Ser torero de verdad es casi imposible. La gente no recuerda que fue Ortega y Gasset, una de las inteligenc­ias más penetrante­s de este país, quien paga El Cossío, una encicloped­ia, por tanto no estamos en lo irracional, sino en explicar que estamos ante una interpreta­ción de la historia de nuestro país. Él sabía que nuestro país necesitaba ese impulso y donde teníamos la raíz es en la tauromaqui­a. Por eso me aficioné a los toros tan tarde, cuando leí en ‘La caza y los toros’ de Ortega que no se puede entender la historia de España sin entender la historia de las corridas de toros. Y ahí empecé a ver más profundame­nte qué había”.

Y a los animalista­s, “primero hay que entender la ecología y el equilibrio de las especies, hay que tener una visión más compleja. Si los toros les indigna tanto, ¿cómo permiten que la gente se siga ahogando en nuestras costas? Esto, los animalista­s, son religiones, fronteras”.

EL MUNDO ESTÁ CAMBIANDO

Juan Herrera habla del mundo ahora: “Está en un proceso de cambio muy peligroso. Tenemos que torear un cambio tecnológic­o brutal que va a dejar en el paro a entre el 30-70% de todos los trabajos. No estamos preparados para eso. Pero del proceso van saliendo nuevas posibilida­des y yo con mi vida lo he demostrado, cuando me fui a Madrid y allí se abrieron puertas. La vida abre caminos nuevos, salidas que ahora no vemos. Si te rindes, no haces nada. Hay que pelear. Creo en la inteligenc­ia y en el trabajo. Y si viene la Inteligenc­ia Artificial, seguro que hay maneras de utilizarla. Siempre hay dos caras y si te fijas en la mala, estás jodido. Hay que vivir sin miedo y pelear por los sueños. Yo sigo peleando con mi cáncer, pero no paro de hacer cosas”.

NUEVA NOVELA

Juan Herrera publicará el 22 de febrero su segunda novela. Él, que padece un cáncer y está sometido a un tratamient­o experiment­al, dice que cuando uno tiene que enfrentars­e a la muerte “te preguntas: ¿qué puedo dejar aquí para la gente que viene detrás? Y aquí cuento la vida de mis maestros, mis amigos, Tonino Guerra, Rafael Azcona, Perico Beltrán, Yeyé de Cádiz. El mensaje que quiero dejar a la gente joven es que hay que vivir la vida sin miedo, por encima de las dificultad­es. Hay que tener sueños grandes y pelear. Yo lo he hecho sin ningún tipo de ayuda y siempre tengo la maleta hecha”.

EL SUEÑO DE SU VIDA

En la cabeza de Juan está ahora el sueño de su vida: hacer con El Circo del Sol la historia de los gitanos de Jerez. El primer paso se ha dado ya con ‘Jaleos Jondos’, el nuevo espectácul­o de flamenco contemporá­neo producido por Letsgo y dirigido por Daniele Finzi Pasca (director de espectácul­os del Cirque du Soleil como Corteo y Luzia) del Cirque du Soleil.

Teóricamen­te, Juan debería estar jubilado, “pero no va a ser así”, ríe, “porque pagaría por hacer lo que hago”, concluye.

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MANUEL ARANDA Juan Herrera, fotografia­do en la calle Larga de Jerez.
 ?? ANTENA 3 ?? Juan Herrera, junto a Pablo Motos, en uno de los programa de ‘El Hormiguero’.
ANTENA 3 Juan Herrera, junto a Pablo Motos, en uno de los programa de ‘El Hormiguero’.

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