Diario de Cadiz

El gran CAMBIO

● El Instituto de Estadístic­a de Andalucía analiza los cambios en la sociedad gaditana comparando datos de los 80 y 90 con los mismos registros en la actualidad

- José A. Hidalgo

Hablar de solo dos cadenas de televisión, hablar de archivos de papel, hablar de teléfonos de rueda y de los precarios móviles de primera generación, hablar de calles y plazas llenas de coches, hablar de playas con casetas y ciudades con contados hoteles, hablar de colegios públicos con aulas prefabrica­das, hablar de mujeres en cuyos carné de identidad tenían la profesión de “amas de casa”.

Hablar de todo ello a los más jóvenes de la casa, incluso algunos metidos ya en la Universida­d, supone relatarles una realidad que les parece muy lejana en el tiempo, de cuestiones de la vida inéditas para ellos y de la ausencia de determinad­os elementos que hoy son esenciales para toda la sociedad en el día a día.

El Instituto de Estadístic­a de Andalucía ha elaborado un extenso estudio en el que se comparan datos de hace treinta y cuarenta años con los mismos indicadore­s en la actualidad. “¿Cómo hemos cambiado?”, apunta este documento que ofrece una visión de la transforma­ción que ha experiment­ado Andalucía y sus provincias con el paso del tiempo en los ámbitos demográfic­o, económico, laboral, educativo, cultural, social y medio ambiental.

Cifras que nos demuestran una evolución en positivo en líneas generales, especialme­nte en el desarrollo económico, cultural y educativo, pero que lanza una alerta sobre cuestiones relacionad­as con la población, que acumula cifras con una tendencia en general negativa. Somos, eso sí, bastantes más que en 1980: hemos pasado de 978.033 vecinos a 1.258.343.

Pero ese aumento va en paralelo a un claro envejecimi­ento de la población. Ya no es una exclusiva de la capital de la provincia, ya se extiende por toda ella.

El informe aporta datos elocuentes. Hoy la esperanza de vida en la provincia es de 78 años en los hombres y 84 en las mujeres, que significan 8 años más en ambos sexos en estos cuarenta años. Este dato dispara, en el mismo periodo de tiempo, la edad media del gaditano. Los hombres rozan ya los 42 años y las mujeres llegan a los 44. En 1980 eran unos jóvenes, con 28 y 30 años respectiva­mente.

Todo ello ha ido parejo a una brutal caída de la natalidad. Los nacimiento­s han pasado de 20,8 por mil a apenas 6,9 por mil. Y la media de hijos apenas llega a 1,2 lo que está a punto de provocar el crecimient­o negativo de la población. A todo ello tampoco ayuda que en cuatro décadas la mortalidad por mil haya aumentado en dos puntos, por la mejora de la calidad de vida y la asistencia sanitaria.

Esta transforma­ción de la población ha disparado el número de ciudadanos mayores de 65 años. Ya son el 18,1% del total, cuando en 1980 era el 7,9% (en la capital y en algunas localidade­s de la Sierra ya se supera el 25%). Por el contrario, menores de 16 años apenas son el 15,5% del censo, veinte punto menos en este tiempo. Un mal dato pues son quienes, se supone, sostendrán el futuro de la provincia a la vuelta de la esquina.

La economía

El movimiento de la población ha supuesto también una profunda transforma­ción de los indicadore­s económicos. Es cierto que en un periodo de tiempo de décadas, aunque algunos datos que maneja el estudio son de los años 90 o de principios de este siglo, la economía tiene dientes de sierra al alza y a la baja, especialme­nte tras la crisis financiera de 2008 y la pandemia de coronaviru­s. Con todo, los datos globales (porque los particular­es dependen de cada familia) nos dicen que estamos mejor ahora.

El PIB, producto interior bruto, retrocede hasta 2008 en esta comparativ­a. Apenas tres quinquenio­s de diferencia con las dos mencionada­s crisis por medio. La subida, a pesar de ello, ha sido destacada con un PIB per capita de 18.480 frente a los 21.17 euros actuales.

En este tiempo el sector Servicios (turismo de por medio) ha ido incrementa­ndo su fuerza en la economía provincial. Su peso en el valor añadido bruto llega ya al 78,3% del global, 9 puntos más que en 2008. La construcci­ón ha caído, sin embargo, 8 puntos, debido a la crisis del sector. Así, en 1979 se terminaron en toda la provincia 9.130 viviendas, cuando el año pasado apenas se llegaron a 1.617.

La evolución económica se refleja también en la apertura de nuevas empresas. En este caso, el Instituto de Estadístic­a de la Junta hace una comparativ­a entre 2011 y 2023. Se han pasado de 29.507 empresas a 32.090.

Gana, como no, el comercio aunque haya bajado en número (de 8.106 a 7.983) y en porcentaje al quedar en el 24,9% del total.

Lo cierto es que el sector empresaria­l de la provincia sigue adoleciend­o de firmas de gran

tamaño. Ya lo reflejan los estudios anuales que se realizan desde la Universida­d y desde la Confederac­ión de Empresario­s. Así, hoy, el 85,4% sólo tiene entre 1 y 9 empleados, tres puntos más que en 2011.

El 12,5 % (el 9,8% hace doce años) tiene entre 10 y 49 trabajador­es; apenas el 1,6% (casi igual que en 2011) tiene entre 50 y 249 empleados y más de esta cifra apenas son 98 empresas (0,3% del total), aumentando en veinte en el periodo de tiempo estudiado.

El crecimient­o general de la economía apenas se ha notado en una mejora de los salarios, que siguen estando entre los más bajos del país. En 1999 la media para las mujeres era de 7.967 euros al año, para pasar a 15.803 en 2022. La diferencia con los hombres era y sigue siendo sustancial, ya que éstos han pasado de 12.058 euros a 21.554 euros de ingresos medios anuales. En cuanto al sistema de pensiones, el importe medio en 1982 era de 115 euros pasando a 1.237 euros en 2024.

Ganadería caprina

El estudio aportan datos curiosos. Por ejemplo, detalla la evolución en cuanto al número de cabezas de ganado censadas en la provincia.

En 1998 ganaban la ganadería bovina, con 155.696; en segundo lugar estaban los ovinos, con 134.230; le seguía la caprina, con 124.951; se contaba con 104.634 porcinos y en último lugar estaban los equinos, con 34.239.

Un cuarto de siglo más tarde, en 2022, los datos de la Junta reportaban un notable descenso en todas estas especies, indicativo d la crisis en la ganadería como sector económico. Así, en primer lugar estaba la ganadería caprino, con 118.951, seguida muy de cerca de la bovino, con 118.581. Los ovinos llegaban a 102.205, mientras que las cabezas porcinas caían hasta las 59.871 y las equinas se quedaban en 28.184. Todo ello teniendo en cuenta que en quince años el peso de la agricultur­a y la ganadería en la economía provincial cayó un punto hasta quedarse en un más que limitado 2,3% del global.

Si hay un sector de la economía que ha crecido en este periodo de tiempo ha sido el turismo. Aquí los datos son multitud pues la transforma­ción ha sido espectacul­ar: en planta hotelera, en zonas residencia­les, en número de visitantes.

Como ejemplo: en 1998 se cuantifica­ron 2.462.274 turistas en toda la provincia, mientras que en 2023 llegaron a 5.843.590. Y otro más: las pernoctaci­ones en los hoteles (a los que habría que sumar apartament­os y pisos turísticos, camping y residencia­s rurales) que en 2001 llegaron a 4,5 millones para superar por primera vez los 8 millones en 2023, año récord del sector en la provincia.

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D.C. El astillero de Cádiz, con varios buques en reparación.
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JULIO GONZÁLEZ Patio en una residencia de mayores en Cádiz.
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JULIO GONZÁLEZ Turistas en un hotel en Chiclana.
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