Competir en una agonía
● Algunos rivales del equipo amarillo siguen abriendo brecha y la ansiedad se eleva por lo que dice la clasificación y por los seis meses ya sin ganar, un lastre que marca el camino
El Cádiz CF se mete en las once finales hasta la conclusión de la temporada 2023/24 con la cabeza debajo del agua por su extrema situación clasificatoria, en puesto de descenso y en una dinámica nefasta de resultados a pesar de las pinceladas de mejoría en el juego en las dos últimas jornadas.
El último fin de semana ha resultado adverso para los de Mauricio Pellegrino, ya que hay rivales directos que han sumado tres puntos y la brecha que se abre ya es importante, de más de un encuentro, para escapar de la quema.
El empate en el feudo del Rayo Vallecano (1-1) no tiene una lectura favorable 100% porque las urgencias por una victoria son absolutas en el seno del conjunto gaditano. Celta, Sevilla, Mallorca y Villarreal obtuvieron el premio gordo en sus partidos de esta pasada jornada y en algunos casos parece que no habrá forma de darles caza. Especialmente el conjunto castellonense, que se van a los 32 puntos, nueve por encima de los amarillos.
La incapacidad del Cádiz CF por volver a ganar -lleva seis meses sin hacerlo, desde el 1 de septiembre- provoca que dentro de la mediocridad que existe en la zona baja de la tabla clasificatoria -va camino de ser una de las temporadas más ‘baratas’ en años-, a poco que algunos adversarios directos vayan sumando de tres en tres vuelan del peligro del descenso. La mejor prueba es el Villarreal, que en los 32 puntos tiene la permanencia encarrilada y queda muy retirado de la órbita de los amarillos.
Las once jornadas que restan serán una permanente agonía para el equipo cadista dependiendo de su capacidad de reacción en los encuentros. Si ésta se produce y engancha dos victorias seguidas, todo apunta a que se meterá en esa pomada para salir del la quema. Pero mientras la trayectoria sea la de encadenar derrotas con algunos empates, se antoja insuficiente para aspirar a alcanzar una quinta campaña consecutiva en
Si el conjunto gaditano no reacciona, cada jornada la cuesta será más empinada
Primera División, que ahora mismo queda muy lejos del alcance.
La cuestión es saber ‘bailar’ en ese cuchillo tan afilado del peligro del descenso una semana tras otra; manejar los sentimientos y la ansiedad que puede ser un arma de doble filo jugando como local en el Nuevo Mirandilla. El cadismo animará cuando toque, pero evidentemente también exigirá una reacción cuando vea que su equipo no da ese paso al frente que está obligado a dar ante su permanente angustia.
A pesar de que el tema ya está siendo atendido por profesionales de la mano de Pellegrino, el Cádiz CF necesita frescura de cabeza, la mayor que pueda dentro de su situación, y capacidad para mantener vivo el sueño en esas once jornadas para que no se pierdan mucho antes las opciones y todo quedara a expensas de poner día y hora a la ‘defunción deportiva’ en forma de descenso a la división de plata.
Esa cuestión es precisamente competir en una permanente agonía por seguir siendo equipo de la élite; luchar contra todos los elementos más allá de la dificultad de enfrentarse a un equipo de Primera, que ya tiene una complejidad considerable para una plantilla como la del Cádiz CF, que está mostrando muchas carencias en casi todas las facetas.