Nuestra sanidad muere
Andaluces levantaos. Nuestros sanitarios nos necesitan. Nuestra sanidad muere. Ellos, a los que cada día a las ocho de la tarde aplaudíamos en cada rincón de España, ellos que hacían sus EPIS con bolsas de basura, reciclaban sus guantes y usaban mascarillas hechas con todo tipo de tejidos que les llegaban hechas por nosotros mismos con nuestras manos, en nuestras casas. Los que acompañaban y cogían la mano a nuestros abuelos, padres, hermanos en sus últimos alientos de vida en hospitales y residencias. Los que doblaban turnos y llegaban exhaustos a casa, que no te besaban ni te abrazaban por si acaso te contagiaban. Día tras día, se ponían sus trajes precarios de superhéroes y luchaban sin medios, ni recursos, por ti, por mí, por nosotros. Los que se contagiaron, los que mentalmente enfermaron.
Y ahora ellos son los grandes olvidados. Su situación actual es precaria, tanto en sus contrataciones como en sus condiciones de trabajo. Nosotros, los ciudadanos de a pie, no los defendemos, no nos manifestamos y vagamente los recordamos. Y mientras, la sanidad en Andalucía se desmorona. La Consejería de Salud manifiesta su preocupación, que según afirman continúa con serios problemas. Según datos de esta Consejería, actualmente hay 1.045.106 enfermos en lista de espera. De ellos, 841.731 aguardan en lista para ver al especialista en consulta y 203.375 esperan una intervención quirúrgica. En un año se ha triplicado el número de pacientes andaluces fuera del plazo legal o esperando más de un año una intervención quirúrgica. De los 16.539 enfermos que había en junio de 2022, se ha pasado a 45.331. En un año se ha pasado de una demora media de 118 días a 144 días, 26 días más esperando una intervención quirúrgica. La reducción de 64 días respecto a los 144 actuales sigue siendo difícil de asimilar para las personas que están esperando una operación. Actualmente hay 841.731 enfermos esperando ver al especialista, con una demora media de 121 días.
La falta de contratación de personal sanitario no hace más que agravar esta penosa situación. Los quirófanos cerrando, nuestros cirujanos intentando cuadrar sus pacientes, falta personal, faltan recursos. Defendamos la sanidad pública, que todos sabemos que está en situación agónica. Y nosotros seguimos callados, esperando, muriendo.
A ver cuándo nos vamos a dar cuenta de que “si los de abajo nos movemos, los que están arriba caen”.