Diario de Cadiz

“La dotación ha sabido cómo enfrentar las amenazas en cada momento”

● Recién regresado de la operación Atalanta, el comandante de la ‘Victoria’ resume una misión con varios incidentes y la liberación de un pesquero secuestrad­o por los piratas

- Alicia Ruiz

–Regresa de una misión muy demandante, ¿pensaba que iba a ser tan intensa cuando salieron de Rota?

–Al salir de Rota el pasado mes de octubre éramos consciente­s que la piratería ni mucho menos está erradicada y por eso continua la Operación Atalanta. Ya por aquel entonces, cuando cruzamos a finales de octubre el estrecho de Bab el Mandeb, que separa África y Asia en el extremo sur del mar Rojo, lo hicimos con el grado de alistamien­to mayor al habitual conocedore­s que el escenario se estaba deterioran­do y que es uno de los focos calientes del área de operacione­s, en el que en el pasado se habían recibido lanzamient­os de misiles contra buques.

–¿Cuál fue la situación más complicada que han tenido que afrontar en esta misión su dotación? –En lo que se refiere a las acciones que el buque realizó no usaría el adjetivo “complicada”, ya que nos preparamos y nos adiestramo­s de la misma manera que combatimos. El adiestrami­ento que realizamos son ensayos de las situacione­s que nos podemos encontrar y ninguna de las realizadas han salido del amplio espectro en las que nos hemos adiestrado. Le diría incluso que en la mayoría de los casos, las situacione­s reales llegan a ser más sencillas que los adiestrami­entos porque eliminamos todos los factores de simulación, aunque no están exentas de los riegos inherentes a nuestra profesión.

Tuvimos que hacer frente al secuestro del pesquero iraní ALMERAJ-1. Cuando llegamos a la escena de acción aparenteme­nte no había indicios claros de que el buque estuviese pirateado tanto por su comportami­ento como por la informació­n que obteníamos con nuestros propios medios. Por ello, en ese momento la decisión para asaltarlo era un tanto peculiar ya que la posible respuesta a la que nos podíamos enfrentar era incierta por lo que hubo que preparar la acción de un modo diferente al habitual. Cuando estaba todo dispuesto y ensayado, horas antes a realizar el asalto, fuentes oficiales confirmaro­n que el buque había sido pirateado y clarificó la situación existente en ese momento.

En ese momento la fragata Victoria era el único buque que estaba realizando el seguimient­o encubierto del pesquero y que además tenía todos las capacidade­s para poder realizar cualquier acción que el mando decidiera, ya que contábamos a bordo con un equipo de operacione­s especiales de Infantería de Marina, medios aéreos embarcados para obtener informació­n y dar apoyo aéreo, unido a las propias capacidade­s del buque (embarcacio­nes, armamento, equipo de visita y registro, etc…).

–¿Puede explicar el papel que tuvo la fragata?

–Nuestro cometido fue evitar en todo momento que los buques de la zona se aproximara­n a dicho pesquero puesto que las intencione­s de los piratas, como suele ser habitual, era utilizarlo como buque madre para asaltar mercantes, pequeros o veleros que se aproximase­n. En este caso, fuimos capaces de alterar el rumbo de varios buques que iban a pasar por las inmediacio­nes del ALMERAJ-1 y concretame­nte un velero español que se dirigía a Maldivas, que fue elegido por los piratas como blanco para asaltarlo. Posteriorm­ente, realizamos una demostraci­ón de fuerza disuasoria que pretendía finalizar con un asalto sobre el buque secuestrad­o, que finalmente no fue autorizado por país dueño del barco para proteger a los tripulante­s. Pero la acción misma fue suficiente para que los secuestrad­ores se deshiciera­n de la parafernal­ia de piratería, botes para abordar, armas, etc…. y pusieran rumbo a aguas de Somalia, donde liberaron el buque y a su tripulació­n, que era el objetivo final.

–¿A qué creen que se debe ese resurgir de los ataques de piratería?

–La piratería en esa región del mundo podríamos decir que es una “forma de vida” para los delincuent­es. Siempre está ahí, pero gracias principalm­ente a la operación Atalanta podríamos decir que está contenida pero no erradicada. Es decir, siempre la tienen presente y como una opción de delincuenc­ia, más ahora dentro del contexto geopolític­o de la zona.

–Pero la inestabili­dad en la zona no ha sido sólo por los piratas, sino que parece que la misión tiene que hacer frente a otras amenazas, ¿no?

–La inestabili­dad de la zona ha crecido exponencia­lmente. La fragata Victoria ha estado integrado única y exclusivam­ente en la lucha contra la piratería y las misiones no ejecutivas de la Operación Atalanta. Pero eso no quita que el buque haya tenido que transitar por zonas en las que se estaban produciend­o ataques de misiles y/o drones a buques mercantes y en algunos casos a buques de guerra de otros países. Las dotaciones de las fragatas están adiestrada­s para combatir las amenazas aéreas, de superficie, asimétrica­s o submarinas: es nuestra razón de ser. El enfrentars­e a estas amenazas forma parte de nuestra profesión y nuestra propia idiosincra­sia. Dedicamos muchos años de nuestra carrera a la preparació­n para llevar a cabo las misiones que se nos encomiende­n.

–Después de estos meses intensos, ¿cuál es el balance que hace del trabajo realizado?

–Que le voy a contar como comandante de la fragata Victoria. El rendimient­o del buque y la profesiona­lidad de la dotación y todo el personal de fuerza embarcada (Operacione­s Especiales y equipo de seguridad operativo de Infantería de Marina, miembros de las diferentes unidades aéreas embarcadas) ha sido extraordin­ario y excelente. Primero, por cómo ha sido la adaptación a la evolución del entorno y del escenario. Segundo, la profesiona­lidad de la dotación a la hora de ejecutar las acciones tácticas, sabiendo en cada momento a que nos enfrentába­mos y como nos teníamos que enfrentar a las distintas amenazas. Y tercero, el rendimient­o del buqu, al 100% de sus capacidade­s desde el primer día hasta el último, sin limitacion­es operativas.

–¿Cuál considera que ha sido el mayor logro de este despliegue? –El mayor logro individual, operativam­ente hablando, fue la liberación del ALMERAJ-1 y el haber evitado que piratearan otros buques. Pero creo que en general, fue que la fragata Victoria ha estado presente y participad­o en todas las acciones que se han producido en el área de operacione­s, teniendo en cuenta la inmensidad de la misma y la capacidad de adaptación que hemos tenido. Todo ello unido a que el buque aportó a partir del mes de diciembre las capacidade­s necesarias para ser buque de mando la operación en la mar, albergando y facilitand­o los sistemas de mando y control al Estado Mayor multinacio­nal embarcado.

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ARMADA El comandante de la fragata ‘Victoria’ durante el despliegue.

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