Ex trabajadores del albergue culpan al Ayuntamiento de falta de apoyo
● Acusan al gobierno de incumplimientos, de no darles seguridad jurídica y de estar sin cobrar durante meses
Hasta la fecha habían mantenido silencio. Pero la cadena de acontecimientos y algunas declaraciones que se han produciendo en estos días en relación al cierre del Albergue Municipal ubicado en el Centro de Emergencia Social, y la salida de Anydes de dicho centro a finales de 2023, les ha llevado a romper ese mutismo. En un escrito titulado ‘Se acabaron las mentiras’, una parte de los ex trabajadores del Centro de Emergencia, ha realizado balance de estos años de gestión en el albergue.
En el escrito detallan la situación vivida, que finalmente les obligó a disolverse como asociación y abandonar la gestión del centro a finales del pasado año, algo que se habría producido, sobre todo, por la falta de un convenio con el Ayuntamiento que les proporcionara “la seguridad jurídica necesaria para hacerse cargo de un recurso tan delicado como el Albergue Municipal”.
En el escrito, aseguran que la asociación “ha venido gestionando el albergue sin un solo papel que le legitime ni tan siquiera a ocupar el edificio”. Además, no se le ha asignado al centro “ningún tipo de recurso en 10 años de uso”, con una parte de los electrodomésticos averiados (congelador, lavadora, secadora...), numerosas goteras y atascos, “y sin un mínimo de seguridad jurídica”. Además, estos ex trabajadores denuncian el retraso continuado en el cobro de sus nóminas, que se venían a resolver en el mes de julio o agosto, con una subvención directa del Ayuntamiento, “donde se reconocía el derecho y la obligación de dicha gestión. Año tras año y durante los últimos cinco”.
“Quisiéramos ver a nuestros políticos trabajar ocho meses sin recibir retribución económica. Nunca ha habido voluntad política de solucionar esta situación; que ahora digan que van a sacar la gestión a licitación sigue siendo mentira, y lo es porque la población a la que se atiende no vota”.
Según explican en este sentido, existe una población “cronificada en el sinhogarismo”, que va pasando de uno a otro albergue en Cádiz, Jerez, San Fernando y El Puerto, con intervalos en cajeros y portales, para luego volver a empezar. “Ese eufemismo de ‘recurso habitacional’ no es más que esto, un peregrinar de albergue en albergue con periodos a cielo abierto”, señalan los ex cuidadores de Anydes.
Respecto a la posición del equipo de Gobierno, los firmantes del escrito manifiestan que el alcalde “sólo se ha sentado una vez con Anydes, durante su primera campaña electoral”, en la que se personó en el albergue. “Esa fue la primera vez que nos mintió, prometiendo que si gobernaba nos proporcionaría esa seguridad jurídica que tanto ansiábamos; ya no nos ha vuelto a recibir”, pese a haberlo solicitado “por registro, por la calle, por favor...”.
Respecto al portavoz del Gobierno local, reconocen que sí han tenido reuniones, “pero rara vez ha cumplido con sus compromisos adquiridos, y ha mentido, la última vez, asegurando que no sabía de la disolución de Anydes”. En relación a la concejala de Bienestar Social, han querido salir al paso de su acusación de haber sido ellos los causantes de que Anydes abandonara la gestión del Albergue, rechazando las afirmaciones de la edil. “El causante de que Anydes haya dejado la gestión”, replican, “ha sido el ‘mobbing institucional’ del que ha sido víctima por parte del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María”.
Finalmente, ante las declaraciones de la concejala de que la empresa que se haga cargo del servicio de atención al albergue lo hará “con la máxima calidad”, los ex trabajadores responden que “esperamos que sea dotada con más recursos de los que disponía Anydes, que con los que tenía, alojaba a una media de 29 personas al día, con pensión completa, cuatro comidas, higiene personal, lavandería, ropero, administración de medicación, acompañamientos a Atención Primaria, especialistas y Recursos en Drogodependencia, derivaciones a recursos de Larga Estancia y gestiones burocráticas. Y todo ello con calidad y calidez”, concluyen.
Los ex cuidadores califican de “mobbing institucional” la situación de abandono del centro