Fede Valverde, el intocable que se ha vuelto a reinventar
Fede Valverde es intocable para Carlo Ancelotti. Es el futbolista que más minutos ha disputado esta temporada, 3.284. Y volviendo a reinventarse. Tras destacar como falso extremo derecho o volante con gran llegada la pasada temporada, el uruguayo ha retrasado en ésta su posición, como medio centro, y vuelve a ser fundamental.
Por ello, lejos quedan los registros goleadores del inicio de la pasada campaña, que salvaron el carnet de entrenador de Ancelotti, al superar su apuesta personal de anotar diez goles, cifra que alcanzó en los primeros cinco meses de competición –sin contar el parón por el Mundial de Qatar– en los que el pajarito se convirtió en halcón.
Superó problemas familiares a principios del 2023, cuando su pareja, Mina Bonino, sufrió problemas en su embarazo, que, finalmente, quedaron en un susto, ya que el segundo hijo de la pareja, Bauti, nació el 25 de junio.
Volaba sobre el terreno de juego un Valverde que ya se acostumbró a jugar de extremo derecho en la temporada anterior, en la que el Real Madrid ganó Liga y Champions con Fede como factor clave.
Otra reconversión del uruguayo, que ya en su llegada a España, en el Castilla, llegó a jugar como centrocampista más retrasado y en su cesión al Deportivo incluso como extremo izquierdo. Unos aprendizajes en cuanto a polivalencia que, a la larga, le han servido para saber adaptarse y ser una pieza muy valiosa, imprescindible en los esquemas de Ancelotti.
La llegada de Bellingham abrió un nuevo paisaje para Carletto. Cambió el dibujo para que el inglés pudiera vivir cerca del área, y la modificación le dio la razón: 20 goles en 31 partidos.
Una variante que, con Vinícius como intocable arriba, demandaba una figura ofensiva más, y Rodrygo fue el elegido. Y, aunque ha
atravesado malas rachas durante la temporada, como la que vive ahora, se ha mantenido en una posición en la que, esporádicamente, lo han dejado en el banquillo Brahim y Joselu.
Es decir, sin hueco para Valverde en los tres puestos de ataque. Por ello, y por darle solidez a un centro del campo que ha vivido varias semanas sin Tchouaméni ni Camavinga, por lesión, Fede retrasó su posición. Acompañando a Toni Kroos en el doble pivote o como interior con menos libertad que antaño, aunque siempre siendo una amenaza desde la frontal del área por su fuerte disparo.
Una nueva función dentro del terreno de juego con la que está cumpliendo a la perfección, aunque ese trabajo menos llamativo no conlleve reconocimiento estadístico. Al físico y entrega que denota en cada encuentro, se le une la limpieza en el robo de balón.