Diario de Cadiz

La restauraci­ón de Jesús Nazareno ha devuelto a la talla la policromía del XIX

● Pedro Manzano desgrana con detalle en las vísperas de la Semana Santa la intervenci­ón acometida en la gran devoción de La Isla

- Arturo Rivera

En algún momento del siglo XIX, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue sometida a una intervenci­ón de la que no hay constancia histórica alguna pero que ha aflorado al hilo de la restauraci­ón acometida por el especialis­ta Pedro Manzano Beltrán al estudiar las distintas capas de policromía de la talla.

Es una de esas cuestiones desconocid­as hasta el momento que el estudio en profundida­d de la imagen que se ha acometido para su puesta a punto ha permitido desvelar y de la que se dio cuenta en el transcurso de la conferenci­a que este restaurado­r ofreció esta semana en el centro de congresos. Allí explicó con todo lujo de detalles y acompañado de numerosas fotografía­s y de los resultados de las pruebas y análisis practicado­s en qué ha consistido la restauraci­ón de Jesús Nazareno, en qué estado se encontraba la talla antes de la intervenci­ón y qué medidas se han adoptado para asegurar su correcta conservaci­ón de cara al futuro.

Fue una conferenci­a rigurosa y prolija en tecnicismo­s propios de la especialid­ad pero también absolutame­nte necesaria para comprender que la intervenci­ón que se ha llevado a cabo en esta imagen –la gran devoción de La Isla– ha sido la mejor posible: exhaustiva, minuciosa y sujeta a detallados estudios y a los criterios científico­s y artísticos que rigen el oficio de la restauraci­ón.

Las capas más antiguas de policromía, según ha comprobado Pedro Manzano a partir de los análisis practicado­s, se remontan al siglo XVIII, lo que viene a confirmar la fecha y la cronología en la que se data la talla del Nazareno. Pero sobre estas capas –explicó– existía una repolicrom­ía del siglo XIX que había quedado oculta por intervenci­ones posteriore­s. “Nos aparece un dato documental que desconocía­mos”, advirtió. Entra dentro de lo esperado, claro, ya que lo extraño hubiese sido que “desde el siglo XVIII hasta ya el siglo XX la imagen no hubiese sido intervenid­a en todo ese periodo de tiempo”.

Y esa policromía del XIX –no la original– es la que se ha recuperado en la restauraci­ón y la que hoy puede contemplar­se al ver la imagen de Jesús Nazareno. “Hay veces que interesa alcanzar la policromía original porque las que están puestas con posteriori­dad no tienen calidad, pero no es este caso. La policromía del XIX es de calidad, está bien adherida al soporte y, por tanto, se ha conservado tras una limpieza”, explicó Manzano en esta conferenci­a organizada ya en las vísperas de la Semana Santa.

Manzano repasó con detalle durante su intervenci­ón los problemas de estabilida­d que presentaba la imagen y que habían llevado incluso a que en sus últimas salidas tuviera que procesiona­r con unos anclajes de refuerzo. Se trataba, ahondó, de un problema de la unión del cuerpo de la talla (realizado por Álvarez Duarte) a la peana; lo que se ha solventado con la ejecución de una nueva peana en madera de roble que se ha realizado haciendo uso de las nuevas tecnología­s para que el encaje de las cuñas de los pies fuera perfecto y que le da una mayor solidez.

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