El Nazareno de la Obediencia bendice a Cádiz
● La archicofradía mercedaria realizó su segunda salida procesional en las vísperas y entró por primera vez en la Catedral ● El paso lucía un tricornio como homenaje a los guardias civiles muertos en los últimos meses
El alcalde de Cádiz, Bruno García, ordenó la primera levantá en el interior del templo
LOS nervios nunca abandonan a quienes ponen tanto cariño en una salida procesional, aunque lleven décadas haciendo lo mismo. Mas la inquietud se multiplica cuando la hermandad es casi novel en estas lides semanasanteras. Es el caso de la archicofradía de la Merced, que aunque más que veterana en procesiones de Gloria, cumplía este año su segunda salida en las vísperas de la Semana Mayor, en la antesala del Domingo Ramos, poniendo en la calle al Nazareno de la Obediencia, talla de Cosme Velázquez (principios del siglo XIX) a la que el imaginero gaditano Luis González Rey realizó un nuevo cuerpo en la restauración que le practicó en el año 2020.
El hermano mayor, Gabriel Parodi, confesaba estar “nervioso” durante los preparativos. Este año, además, entrando por primera vez en la Santa Iglesia Catedral. Contaba media hora antes de la salida que en la mañana de este sábado la archicofradía había recibido la cesión de un tricornio por parte de la Guardia Civil para que luciera en el paso, a los pies de la cruz de Nazareno de la Obediencia. Este símbolo de la Benemérita, junto a un crespón negro, homenajeaba a los guardias civiles muertos en los últimos meses. Además, dos agentes custodiaban el paso.
Antes de la salida se dirigió a los hermanos el párroco de la iglesia de la Merced y director espiritual de la hermandad, José María Sánchez Garzón, quien llamó a “vivir esta procesión desde el corazón”. El mercedario de la Caridad pidió que el procesionar por las calles de Cádiz fuera “un camino de reflexión y penitencia hacia la plenitud, la alegría, la paz y la felicidad”. Para finalizar, el padre Sánchez Garzón solicitó rezar un Padrenuestro con dos llamamientos: “hagamos la voluntad de Dios y perdonemos”.
Acudió a arropar a la archicofradía mercedaria el alcalde de Cádiz, Bruno García, acompañado por los concejales Maite González y José Manuel Verdulla. El primer edil se encargó de realizar la primera levantá del paso en el interior del templo. Mientras, el reducido cortejo, vistiendo los penitentes hábitos con túnica, escapulario y antifaz de sarga en color hueso, correa mercedaria y escudo de la Merced en el antifaz, ya estaba en la calle guiado por la cruz realizada por Miguel Domínguez Parrilla.
La joven cuadrilla de cargadores dirigida por Jacinto Dodero acercó el paso, cedido, de la Madre del Buen Pastor de Trille, al dintel de la iglesia de la Merced mientras desde la calle sonaba el ‘Toque de Oración’, interpretado por la Agrupación Musical Polillas. Una vez en la calle, la primera levantá estuvo a cargo de un hermano de la archicofradía, que se la dedicó a las personas enfermas y a los guardias civiles fallecidos. Luego, el paso comenzó a andar con los sones de la marcha ‘Perdona a tu pueblo, Señor’.
Esperaba mucho público al cortejo en la bajada desde la Merced hasta San Juan de Dios.
La cruz de guía llegó a la Catedral a las seis y media de la tarde, media hora antes de lo previsto en el itinerario oficial. El cortejo accedió a la seo por la entrada de la cuesta de Arquitecto Acero.
En el centro de la ciudad no cesaban las ganas de Semana Santa. Había que aprovechar la presencia de una cofradía en la calle ante el temor de que las lluvias empañen jornadas posteriores. De momento, dos de dos. Servitas y el Nazareno de la Obediencia no faltaron a la cita de las víesperas a pesar de los cielos encapotados.