Diario de Cadiz

La pasión según Cabaña

● La subida de Griñán a los cielos del PSOE-A se vio empañada por el protagonis­mo inesperado que adquirió quien era entonces el líder del partido en Cádiz, que antepuso su Alcaldía a un cargo de postín

- FRANCISCO SÁNCHEZ ZAMBRANO fzambrano@diariodeca­diz.com

ESTÁ claro que a la Organizaci­ón Mundial de la Salud se le van las mejores. Está muy bien eso de ir lanzando alertas cada dos por tres sobre los virus y los bichitos que van proliferan­do por los lugares más recónditos del planeta y que ponen en riesgo a la población mundial. Pero todo no puede ser siempre malo. Por eso este organismo debería preocupars­e también por plantear advertenci­as de cosas que son buenas para la salud. Por ejemplo, la OMS podría exponer los beneficios que tiene criticar de vez en cuando al jefe. Seguro que es un remedio que evita que se te reproduzca la úlcera o puede incluso que te dé más años de vida. Pero, eso sí, es indispensa­ble dejar claro que esas críticas hay que plantearla­s siempre en privado. Porque como se hagan delante de testigos la sensación primera será de un desahogo supino, pero después las consecuenc­ias pueden terminar siendo muy perniciosa­s.

Si no que se lo pregunten a Francisco González Cabaña, sin duda uno de los dirigentes que más poder ha atesorado en la provincia de Cádiz en las últimas décadas y que hace ahora 14 años propinó a uno de sus jefes en el PSOE un sopapo histórico que sonó en media España pero que con los años terminaría volviéndos­e en su contra.

Aquella bofetada sin manos la recibió José Antonio Griñán en el peor momento y en el peor sitio posibles porque se produjo en un congreso regional que el PSOE andaluz celebraba en Sevilla y que fue convocado para que quien ya era presidente de la Junta subiera a los cielos del partido coronándos­e también como secretario general en Andalucía.

Estamos en marzo de 2010. A esas alturas Cabaña está ya consagrado como líder absoluto del PSOE en la provincia de Cádiz. Suma en la secretaría general del partido más de nueve años, desde diciembre del año 2000, y se ha convertido en todo un talismán. Porque con él al frente, el Partido Socialista sumaba por victorias todas las elecciones celebradas en ese periodo de tiempo en la provincia, un total de ocho: dos municipale­s (2003 y 2007), dos generales (2004 y 2008), dos andaluzas (en esos mismos años) y dos europeas (2004 y 2009).

Y ese cargo orgánico lo compaginab­a con la Presidenci­a de la Diputación de Cádiz (desde mediados de 2003) y sobre todo con la Alcaldía de su pueblo, Benalup-casas Viejas, que era su orgullo y su pasión por cuanto fue una pieza esencial para que este municipio lograra independiz­arse de Medina Sidonia. En ese 2010 Cabaña sumaba 19 años como alcalde oficial de Benalup y ocho más (entre 1983 y 1991) como alcalde pedáneo. Era por tanto una voz autorizada en el conjunto del PSOE andaluz, aunque jamás había ocupado un puesto de relevancia en la ejecutiva regional.

La paz que desde 2004 se había instaurado en el PSOE con Zapatero en la Moncloa y con Chaves en San Telmo empezó a resquebraj­arse en 2009. Las repercusio­nes que empezaba a tener en toda España la crisis económica y, sobre todo, el estallido del caso de los ERES fraudulent­os en Andalucía –aunque nadie se imaginaba entonces la magnitud que alcanzaría– obligaron al partido a mover una ficha que hasta entonces parecía intocable, la de Manuel Chaves. De esta manera, en abril de 2009, y tras 19 años en el cargo, Chaves renunciaba a la Presidenci­a de la Junta de Andalucía, cediendo el testigo a quien hasta ese momento era su vicepresid­ente, José Antonio Griñán. Chaves cambiaba Sevilla por Madrid, convirtién­dose en vicepresid­ente tercero del Gobierno de Zapatero y asumiendo el Ministerio de Política Territoria­l, además de mantener la presidenci­a federal del partido, un cargo al que llegó de la mano de Zapatero en el año 2000.

Ese cambio en la cúpula de la Junta de Andalucía no fue criticado por el PSOE de Cádiz aunque tampoco fue recibido con jolgorio. Pero como Chaves se mantenía en la secretaría general del PSOE-A, pues Cabaña y los suyos no encontraba­n elementos para la alarma.

Así fue al menos durante unos meses, porque nadie intuía a finales de ese 2009 que esa bicefalia, con Griñán al frente de la Junta y con Chaves dirigiendo el partido en Andalucía, empezaba a tener las horas contadas.

Fue el propio Griñán quien empezó a partir ese melón, dejando caer que esa bicefalia no era buena para el partido y que en el horizonte se vislumbrab­an unas elecciones autonómica­s en las que un PP crecido veía opciones de arrebatarl­e por primera vez al PSOE la Junta de Andalucía. Vamos, que Griñán quería convertirs­e también en el secretario general del partido en Andalucía, y empezó a mover los hilos.

“Lo soltó en un almuerzo en Sevilla donde estábamos los ocho secretario­s provincial­es de Andalucía. Ahí Griñán dijo que había que acabar con la bicefalia. A la mayoría le pareció bien salvo a tres que le dijimos que no era necesario. Fuimos José Antonio Viera (secretario provincial de Sevilla), el de Almería (Diego Asensio) y yo. Pero como Griñán ya había amarrado previament­e los apoyos necesarios, pues el relevo siguió su camino”. Desde su Benalup natal Francisco González Cabaña recuerda hoy aquel proceso orgánico que concluiría en marzo de 2010 con el congreso regional celebrado en Sevilla en el que Griñán fue elegido secretario general (el viernes 12 de marzo) y en el que un día después Cabaña renunció a ocupar un puesto de relevancia en esa ejecutiva pese a que cuatro horas antes había dado el sí a su integració­n y pese a que el propio Griñán había confirmado ante los medios de comunicaci­ón la presencia del líder de los socialista­s gaditanos en su primer equipo de dirección.

La convocator­ia de ese congreso regional extraordin­ario dejaba al PSOE de Cádiz huérfano, primero porque Chaves lógicament­e no iba a seguir en la ejecutiva pero también porque su mano derecha, Luis Pizarro, también renunciaba. Eso obligaba a buscar a algún dirigente de peso que cubriera esa cuota de Cádiz que quedaba vacante. “Antes del congreso me reuní con Rafael Velasco (secretario de Organizaci­ón del PSOE-A desde julio de 2008) para buscar ese nombre. Y para mi sorpresa me lo planteó a mí, ofreciéndo­me que llevara Organizaci­ón porque él iba a ser el

El alcalde de Benalup rechazó entrar en la ejecutiva cuatro horas después de dar el ‘sí’

nuevo vicesecret­ario general, relevando a Luis Pizarro”. Cabaña sigue rememorand­o aquel proceso previo al Congreso y recuerda que Griñán dio el visto bueno a su nombramien­to. “Eso sí, me exigía que tenía que dejar la Presidenci­a de la Diputación y la secretaría provincial del partido, que estaba claro que quería que pasara a Bibiana Aído. Yo no entendía que tuviera que dimitir de ambos cargos, porque no lo obligaban los estatutos, pero acepté porque seguiría conservand­o la Alcaldía de Benalup, algo que para mí era sagrado”.

Pero cuando se va acercando la fecha del congreso todo empieza a cambiar. Primero, porque Griñán prefería para Organizaci­ón –es decir, ser el número tres del partido– a Susana Díaz. Ello obligaba a alterar la propuesta a Cabaña, para quien Rafael Velasco pasaba a reservar la secretaría de Política Institucio­nal, es decir, el cuarto puesto del escalafón. “No me gustó ese movimiento de última hora pero acepté el nuevo puesto aunque, eso sí, dejando claro que no dimitiría de ninguno de mis cargos”.

Y llega el congreso y en la madrugada anterior a que se apruebe la nueva ejecutiva Cabaña acepta el área de Política Institucio­nal... pero todo estallaría en cuestión de pocas horas. “Cuando Griñán da a los periodista­s los nombres de su ejecutiva me quedo de piedra, primero porque la secretaría de Política Institucio­nal ha quedado descafeina­da y ha pasado al octavo puesto del organigram­a, y, sobre todo, cuando el propio Griñán explica que yo voy a dimitir de todos mis cargos, incluida la Alcaldía”.

Desconcert­ado Cabaña se va a reflexiona­r junto a su inseparabl­e Federico Pérez Peralta, intenta contactar sin éxito con Velasco o con Susana para exigirles explicacio­nes y a primera hora de la mañana reúne a los delegados de Cádiz para explicarle­s lo sucedido y para anunciarle­s que no entraría en la ejecutiva. Recibe críticas pero son minoritari­as. Faltaba sólo el remate: comunicárs­elo a Griñán.

“Estaban todos en una sala en el hotel en el que se celebraba el congreso, incluidos Zapatero, Pepiño Blanco y Rubalcaba. Ahí le dije a Griñán que no contara conmigo, que rompiera la papeleta. Y entró en erupción. Reaccionó muy indignado y menos mal que Rubalcaba algunas semanas después ocuparía María Colón.

Cabaña había dejado en ridículo nada menos que al secretario general de su partido y presidente de la Junta. Y todos los medios de comunicaci­ón regionales se hicieron eco de aquella espantada.

Pero como sucede con cualquier terremoto que se precie, también en el PSOE andaluz tendría que haber réplicas y Cabaña cayó en la cuenta de que la opción de que Griñán se tomara la justicia por su cuenta y montara una gestora en el me salvó, sacándome de esa sala y del congreso y trayéndome a la provincia de Cádiz para ver unas inundacion­es que había habido el día anterior por Conil”. Griñán, Velasco y Susana tuvieron que exprimirse el cerebro para cambiar a última hora la ejecutiva, aunque al final optarían por dejar esa vacante reservada a Cádiz, un puesto que PSOE de Cádiz era real. Y optó por tomar la iniciativa.

En primer lugar, empezó a reiterar en público y en privado que igual se había equivocado en las formas, aunque mantenía que no en el fondo, porque su Alcaldía era para él innegociab­le. Y por supuesto cerró filas con el liderazgo del nuevo secretario general del PSOE-A. “Aquí en Cádiz somos todos más griñanista­s que Griñán”, llegó a decir en una de sus tan caracterís­ticas frases ingeniosas.

Pero faltaba demostrar cierto ejercicio de fuerza. De ahí que el miércoles posterior al congreso reuniera en Cádiz a su ejecutiva provincial y a los secretario­s generales de todas las agrupacion­es locales y ahí de nuevo dio sus explicacio­nes y hasta planteó unas disculpas matizadas. Y el partido le arropó con una mayoría aplastante, que era el objetivo que buscaba. Y cuando dos semanas después Griñán hizo su aparición por Cádiz no puso hacer otra cosa que olvidarse de la gestora, darle un abrazo a Cabaña y firmar la pipa de la paz.

Pero fue un armisticio del todo ficticio porque lo que empezó ahí realmente fue el inicio de la cacería de los griñanista­s contra Cabaña. Y comenzaron los plantes, las críticas y las dobles listas en cualquier congreso provincial, en cualquier reunión interna, en la confección de las listas a las Cortes Generales o al Parlamento andaluz... Y llegaron unas presiones tremendas para que el secretario general del partido en Cádiz fuera apartado de todos sus

Griñán estuvo a un paso de aprobar una gestora en Cádiz, pero sabía que no tenía aún la mayoría

La tregua firmada 13 días después fue ficticia: los ‘griñanista­s’ iniciaron ahí el cerco a Cabaña

cargos... Y lo terminaría­n logrando, claro, porque el aparato del partido al final puede con todo. Pero les costó, vaya si les costó.

A sus 66 años de edad Francisco González Cabaña está hoy jubilado y alejado de la política activa y hasta de su partido, porque en el año 2020 dejó de ser militante por sus desavenenc­ias con Susana Díaz y con Irene García. Eso sí, mantiene su chispa, su rebeldía, su independen­cia y su pasión de siempre. Está orgulloso de su trayectori­a pero hay una cosa que aún le escuece y es que el partido, es decir, Griñán, lograra en noviembre de 2011 que tuviera que abandonar la Alcaldía, “sobre todo porque en el peor momento para el PSOE los benalupens­es nos habían otorgado ese año otra mayoría absoluta”, puntualiza. “Fue la venganza de Griñán contra mí”, sentencia. Es lo que puede pasar cuando dejas en evidencia a tu jefe.

 ?? JULIO GONZÁLEZ ?? Cabaña y Griñán se abrazan en Cádiz 13 días después de la ‘espantá’ del primero en el congreso del PSOE-A de marzo de 2010, pero era una tregua ficticia.
JULIO GONZÁLEZ Cabaña y Griñán se abrazan en Cádiz 13 días después de la ‘espantá’ del primero en el congreso del PSOE-A de marzo de 2010, pero era una tregua ficticia.
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 ?? ?? PROTAGONIS­TA IMPREVISTO
Dice que jamás lo buscó pero la realidad es que Francisco González Cabaña adquirió un protagonis­mo inesperado en el congreso del PSOE andaluz que aupaba a José Antonio Griñán a la secretaría general del partido. Debajo de estas líneas, la primera página de la edición de Diario de Cádiz del domingo 14 de marzo de 2010.
PROTAGONIS­TA IMPREVISTO Dice que jamás lo buscó pero la realidad es que Francisco González Cabaña adquirió un protagonis­mo inesperado en el congreso del PSOE andaluz que aupaba a José Antonio Griñán a la secretaría general del partido. Debajo de estas líneas, la primera página de la edición de Diario de Cádiz del domingo 14 de marzo de 2010.
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Arriba de estas líneas, página de Diario de Cádiz del jueves 18 de marzo de 2010. El día anterior Cabaña se había reunido con la plana mayor de su partido en Cádiz para analizar su espantada. Vino a decir que se equivocó en las formas pero no en el fondo, porque la Alcaldía de Benalup era sagrada para él.
RECTIFICAC­IÓN MATIZADA Arriba de estas líneas, página de Diario de Cádiz del jueves 18 de marzo de 2010. El día anterior Cabaña se había reunido con la plana mayor de su partido en Cádiz para analizar su espantada. Vino a decir que se equivocó en las formas pero no en el fondo, porque la Alcaldía de Benalup era sagrada para él.
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