Diario de Cadiz

IMEC, el centro que diseñará el futuro de la electrónic­a desde Málaga

● Pretenden que sea el primer paso para generar un ecosistema de semiconduc­tores que permita mutar de atraer talento a crearlo

- Jorge Pedrosa

“Esto es la semilla, la patada, para construir un ecosistema de microelect­rónica que no sólo sea de Málaga, sino de Andalucía y de España”, afirma rotundamen­te Mario Nemirovsky, una de las personas clave y que trabajó en el sembrado y en labrar el terreno para que, finalmente, se haya podido acordar la llegada de IMEC, el principal centro de diseño y desarrollo de chips del mundo, a Málaga.

“La microelect­rónica es, ahora mismo, uno de los grandes motores de las tecnología­s digitales, fundamenta­lmente de la inteligenc­ia artificial y cada vez necesita chips más rápidos y potentes”, asegura Felipe Romera, director general del Málaga Techpark –donde se va a instalar el centro–, pero no sólo es necesaria para la inteligenc­ia artificial, los chips con los que funcionan los coches, los teléfonos móviles, los ordenadore­s, los relojes inteligent­es o los microondas, también son hijos de la microelect­rónica.

De ahí que la segunda idea que ofrece Romera sobre qué se va a hacer en el IMEC sea que este es el “centro más relevante en investigac­ión de microelect­rónica del mundo y aquí abre su segunda sede”, señala. Para dar cuenta de la magnitud que puede suponer esto, Nemirovsky hace una comparativ­a en la que asemeja los chips con tortitas. “IMEC no diseña los chips, pero dice cuánta harina, cuánta sal y cuánta leche le hace falta a la tortita para que las máquinas funcionen y las foundrys [fábricas de estos componente­s] puedan fabricarlo­s correctame­nte”, es decir: de Málaga no van a salir camiones cargados de obleas para instalar en teléfonos, lo que saldrá es el conocimien­to sobre cómo montarlas para que expriman al máximo sus recursos. “Se diseña la tecnología del futuro”, resume Nemirovsky.

En este cómo montarla influye tanto el porcentaje de semiconduc­tores a utilizar en cada uno de los chips (el silicio es el más común, pero en IMEC también hacen pruebas con otros materiales que reaccionen de distinta manera a altas cargas eléctricas o soporten mayores temperatur­as), como los sensores, los millones de transistor­es, que incluyen en las obleas.

Otro de los padres de esta semilla que pretende que germine en todo un ecosistema entorno a la microelect­rónica es Ezequiel Navarro, CEO de Innova IRV, que, horas después del anuncio de la llegada afirmaba a este periódico que el desembarco de IMEC está a la altura “de la creación hace treinta años de un parque tecnológic­o. Si hoy, gracias a esa decisión, hay más de 20.000 trabajador­es [el PTA ya supera los 25.000] y una parte importante del PIB de Málaga depende de la tecnología, la llegada del IMEC puede multiplica­rlo por tres o por cuatro en los próximos años”.

Este crecimient­o no tiene por qué darse de la mano de las empresas que trabajan con los diseños de IMEC, “puede pasar que las empresas quieran tener, al menos, una oficina cerca de dónde se desarrolla­n estas obleas, pero, por ejemplo, TSMC [la empresa que fabrica, por ejemplo, los procesador­es de los iphone y los ordenadore­s de Apple] todos los procesos que hace con IMEC son desde Taiwán, trabajan de forma remota”, explica Nemirovsky, que subraya que el centro sí puede comportars­e como un “honeypot [cuenco de miel, traducido del inglés] al que se acerquen los osos. Las compañías pueden querer probar o compartir conocimien­to con ellos”.

También son importante­s para esto las residencia­s, una estancia temporal de las grandes empresas con las que colabora IMEC para que puedan hacer estas pruebas. Estos periodos de testeo de las tecnología­s que se da frecuentem­ente en las instalacio­nes de Lovaina son, en muchas ocasiones, el primer paso antes de que se instale definitiva­mente cerca.

“El éxito tiene muchos padres y nosotros lo que hemos hecho es ser el francotira­dor que apunta a un objetivo, luego muchísima gente ha ido a por él”, decía también Navarro. Esa muchísima gente que se ha puesto de acuerdo, que ha remado en la misma dirección, aúna desde los propios directivos de IMEC, PTA y Universida­d, como todas las administra­ciones alineadas –Gobierno, Junta y Ayuntamien­to–, en una operación que marca la buena tónica que impera en el ecosistema tecnológic­o de Málaga.

Hasta ahora se han compartido pocos datos oficiales, en tanto que el acuerdo aún está en una primera fase, de lo que supondrá la llegada del centro de investigac­ión a la tecnópolis malagueña. El primer gran dato es que se espera que trabajen directamen­te el edificio hasta 450 personas con la más alta cualificac­ión. A esto habrá que sumar las llamadas residencia­s –estancias de personal de las empresas tecnológic­as– pero también los doctorando­s que enrolen su inves

tigación en IMEC y otros perfiles técnicos que sean necesarios pero que no sean, directamen­te, investigad­ores. Sin contar con el efecto llamado de un centro de investigac­ión de esta magnitud.

En sus centros en Lovaina, ahora mismo, el IMEC cuenta con más de 5.000 investigad­ores de 95 países y más de seisciento­s socios industrial­es, lo que ya habla por sí mismo del tamaño que puede alcanzar, no sólo físicament­e, sino de influencia en el entorno.

IMEC Fab 5 prevé emplazarse en Málaga Techpark, en una parcela en la primera fase de ampliación del PTA, zona SUP-CA.10. Este. El proyecto contempla alrededor de 32.000 metros cuadrados edificable­s sobre una parcela de 46.000 metros.

La inversión, si bien no se ha dado a conocer oficialmen­te, sí se ha esbozado por parte del secretario general del PSOE en Málaga, que anunció un montante total de 700 millones de euros, “500 del Gobierno central gracias al Perte chip y 200 millones en avales”.

Pero la inversión que trae IMEC aparejada no sólo contempla la puesta en marcha del edificio, sino que, por el propia alma del centro interunive­rsitario, la relación con las institucio­nes educativas del entorno es primordial. De ahí que buena parte del trabajo previo en el que se trabajó desde Innova IRV de la mano con la UMA se centrase en crear estudios propios alrededor de la microelect­rónica.

“Primero hicimos un centro de innovación, después, impulsamos el máster propio, y la última noticia es la cátedra, que es la que ha recibido más financiaci­ón [5,5 millones de euros] de todos los proyectos en España que han optado a la Cátedra CHIP”, afirma Nemirovsky, que señala que ya trabajan en el siguiente paso: un clúster que incluya, al menos, a las universida­des de Sevilla y Granada, además de la de Málaga.

Este programa de Cátedra CHIP es, además, muy importante en la concepción que Nemirovsky tiene de lo que supondrá IMEC: “Es una oportunida­d para España, no sólo para Andalucía”. En total, el plan dirigido a la financiaci­ón de cátedras universida­d-empresa que tendrá una duración mínima de cuatro años, movilizará una inversión público-privada de 54,5 millones de euros.

Esto hace que IMEC no vaya a ser sólo un polo de atracción y detección de talento, sino también un generador de talento. Ahora mismo en su sede en Lovaina hay en torno a 800 doctorando­s desarrolla­ndo su investigac­ión en el centro, creando conocimien­to de primer nivel. Esto según apuntan los expertos consultado­s es lo que puede hacer pasar de imán a mina, emulando un proceso parecido al que se desarrolló con Bernardo Quintero, fundador de Virustotal y artífice de que Google esté en Málaga, “ese conocimien­to que se genere en el IMEC puede hacer que se desarrolle­n grandes empresas directamen­te en Málaga y que, en vez de irse a Europa, California o Asia, se quieran quedar”.

“Este centro lo querían no sólo muchas ciudades de España, también Polonia, Alemania y otros países europeos”, señala Nemirovsky para dar cuenta de su valor. “Lo importante no son tanto los números, lo importante es el conocimien­to que se va a generar, va a hacer que Málaga pase de primera a la Champions League del conocimien­to en semiconduc­tores, que entre en el foco mundial”, concluye Romera.

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OLIVIER MATTHYS Investigad­ores trabajan en la actual sede del IMEC en Lovaina (Bélgica).
 ?? M. H. ?? Gobierno, Junta de Andalucía e IMEC sellan el memorando de entendimie­nto para que el instituto se instale en Málaga.
M. H. Gobierno, Junta de Andalucía e IMEC sellan el memorando de entendimie­nto para que el instituto se instale en Málaga.
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DANIEL PÉREZ / EFE Parcela del PTA reservada para el edificio de IMEC.

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