Bernard Minier se pierde en los Pirineos
● El autor francés ha publicado ‘El valle’ (Salamandra), sexta entrega de la saga protagonizada por su comandante Martin Servaz
Ala novela negra le sienta bien el frío. Parajes helados, montañas nevadas, pueblos recónditos. Y la sangre tiñendo de rojo el manto blanco que se desparrama como el mejor de los escenarios. No sólo los autores nórdicos controlan perfectamente estos tiempos, otros, sin ir más lejos la canadiense Louise Penny y su pueblecito Three Pines (de cuyo nuevo libro ya hablaremos más tranquilos en próximas entregas), brillan cuando arrecia el frío. Hoy nos vamos a detener en uno de los mejores exponentes del género policíaco europeo, el francés Bernard Minier, que nos regala la sexta entrega de la serie protagonizada por el comandante Martin Servaz. No es la primera vez que se adentra en paisajes bajo cero, pero esta vez se supera. Con el título de El valle (Salamandra), estamos ante una obra muy cinematográfica y deslumbrante, que se lee como una persecución sin tregua, con una atmósfera opresiva y claustrofóbica.
Bernard Minier, que ya nos cautivó con su última obra publicada en España, Lucía, convierte el paisaje sublime y salvaje de los Pirineos en una trampa mortal y nos brinda un thriller soberbio en el que el comandante Servaz tendrá que enfrentarse sin remedio a los fantasmas de su pasado.
Suspendido de empleo y pendiente de un consejo disciplinario que puede acabar con su carrera profesional, Martin Servaz, el rebelde, obsesivo, compasivo y tenaz comandante de la policía de Toulouse, recibe una misteriosa llamada telefónica en medio de la noche. Se trata de Marianne Bokhanowsky, madre del hijo adoptivo de Servaz, desaparecida hace ocho años en extrañas circunstancias. Tras balbucear unas palabras desesperadas que dan a entender que se encuentra cerca de la abadía cisterciense de Aiguesvives, Marianne se sume en un silencio sepulcral, y Servaz, sin pensárselo un minuto, se dirige a la zona y realiza una batida del monasterio y sus alrededores en compañía de los monjes. No obstante, el rastro de Marianne parece haberse perdido para siempre, y todo se complica aún más la mañana siguiente, cuando saltan todas las alarmas ante el hallazgo del cadáver de un joven asesinado de forma macabra, crimen que podría tener relación con el truculento asesinato de otro muchacho y con la insólita llamada de Marianne.
En compañía de su amiga Irène Ziegler, capitana de la Brigada de Homicidios de la gendarmería de Pau encargada del caso, Servaz inicia entonces una carrera contra el tiempo que se interrumpe de golpe cuando un derrumbe corta la única carretera que conduce a Aiguesvives y deja a asesinos, víctimas e investigadores confinados en el valle.
Minier es un autor redondo, y esta vez además cuenta con los Pirineos como gran aliado.