Diario de Cadiz

Un revés doloroso

● El San Fernando planta cara pero cae en Córdoba

- Jordi Agabo

El San Fernando CD regresó ayer de Córdoba con una derrota (1-0) que no le permite salir de la zona de descenso. Cuando un equipo tiene la flechita para arriba y todo le sale y se mide a un equipo que su flechita está para abajo y no le sale nada, en un alto porcentaje de ocasiones, termina llevándose el gato al agua. Y lo hace porque aprovecha una media ocasión, porque se aprovecha de que su rival tenga claras ocasiones de gol y las desperdici­e y porque el fútbol es un estado de ánimo y, en estos momentos, el estado de ánimo de uno y otro equipo es bien diferente.

De inicio, Alfredo Santaelena, consciente del potencial del rival, planteó una superpobla­ción en la media con el propósito de robar el cuero y salir con rapidez en banda. Omitió el doble pivote de los últimos partidos y puso en liza a David Ramos, con libertad de movimiento­s en la media punta y Masogo y Alfonso en la destrucció­n, mientras que buscó la rapidez en banda en las personas de Biabinay y Nahuel Arroyo. El perjudicad­o de este sistema fue Cristian Herrera, que comenzó en el banquillo. El hombre de referencia arriba volvió a ser Aquino. El partido arrancó con una intensidad inusual, sobre todo por parte del cuadro local, que rápidament­e se hizo con el mando en busca de un gol tempranero. Tanto fue así que a los dos minutos ya avisó el ex azulino Calderón con un disparo que por poco sorprende a Fuoli.

Los azulinos mostraban buenas maneras, parecían un muro infranquea­ble ante las acometidas locales y, sobre todo buscaban unas contras que, en condicione­s normales tenían, y debían, de ser definitiva­s. La respuesta isleña no se hizo esperar y, en el minuto 4 fue Nahuel, al saque de una falta directa, el que puso a prueba a Carlos Marín.

El partido era dinámico, intenso, vibrante y, sobre todo, bonito. Las jugadas se sucedían por doquier y en el 8’ un disparo de Zalazar a punto estuvo de dar un disgusto ante el rechace que proporcion­ó el pie de un defensor azulino. En los mejores minutos del equipo local Diarra recibió dentro del área, recortó a su oponente y lanzó al travesaño para suerte de los isleños.

Los azulinos despertaro­n y en los siguientes minutos gozaron de sus mejores oportunida­des. Esperaban agazapados para salir con la rapidez de un felino a la contra. En el 16’ un centro de Nahuel fue rematado de cabeza por Aquino en el borde del área chica pero el balón en vez de tomar puerta se marchó alto. Era la premonició­n de lo que vendría porque en el 21’ en una contra de cuatro para tres, Alfonso tomó la opción de disparar desde la frontal del área, Carlos Marín despejó como buenamente pudo y el rechace cayó en los pies de David Navarro que cruzó el esférico para alejarlo del cancerbero, pero éste reaccionó de manera magistral enviando a córner.

Era la mejor hasta ese momento, porque en el 29 llegó la más clara de los de La Isla. Biabiany se marcó la jugada del partido, entre cambios de ritmo y velocidad se plantó en solitario ante Carlos Marín, el disparo del galo tenía todos los cánticos de gol, pero si la suerte se le había aparecido a los isleños en el remate al travesaño de Diarra, ahora era la diosa fortuna la que se aliaba con los verdiblanc­os y el balón daba en la base del poste.

El choque no bajó en intensidad y en el 31 se le anulaba un tanto a Zalazar por fuera de juego y en el 36’ la diferencia entre la flechita para arriba que tiene el Córdoba a la de para abajo que acaparan los isleños permitió, de manera injusta que el cuadro cordobés anotase el primer tanto del partido, quizás con un poco de colaboraci­ón del cancerbero isleño en el disparo desde 30 metros del delantero cordobés.

Le tocó la moral al equipo isleño el tanto y sufrió en lo que restaba de primera mitad. Tanto fue así que en el 41’ Carracedo, un peligro constante, disparó tras una gran jugada alto y en el 45 fue Calderón el que volvió a insistir encontránd­ose la figura de Fuoli.

En la segunda parte cambió la decoración. Los de Iván Ania supieron leer el partido y no permitiero­n a los isleños estar en su zona de confort, que era robar en el centro del campo y salir con rapidez por las banas para, en una contra, definir.

Los isleños pagaron en exceso el derroche realizado, sin premio de nuevo, en la primera mitad, los cambios no le dieron fruto y el corte continuo en las acciones frenó el ritmo.

Aún así, los isleños tuvieron una oportunida­d más en el minuto 50 (casi la última del partido). Un corte en la salida de balón del Córdoba permitió una acción de contragolp­e que no fue bien culminada, en una franca posición, por David Ramos.

En el 66, el equipo cordobés pudo aumentar su ventaja en una jugada de tiralíneas que finalizó con un disparo de Carracedo y una gran parada de Fuoli. Hasta el final, todo embarullad­o, con pérdidas de tiempo para benefici del Córdoba y perjudicio del San Fernando que ya actuaba con más corazón que cabeza. Y aun así tuvo la última oportunida­d, en el último suspiro, pero cuando la flechita está para abajo…

 ?? MIGUEL ÁNGEL SALAS ?? Lillo intenta frenar el avance de un jugador del Córdoba.
MIGUEL ÁNGEL SALAS Lillo intenta frenar el avance de un jugador del Córdoba.

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