Diario de Cadiz

El ‘clásico’ camino al éxito en la ‘Champions’

● El Madrid de Vinícius, Rodrygo y Bellingham, al asalto de Múnich

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Superadas las bodas de plata de un enfrentami­ento eterno, seis años después se produce el reencuentr­o del rey de Europa con sus catorce conquistas, el Real Madrid, ante el tercero más laureado, el Bayern Múnich. El clásico del fútbol europeo convertido en el clásico camino al éxito madridista. Presente en las conquistas de la octava, novena, décima y duodécima Copa de Europa.

Debe responder al papel de favorito el Real Madrid por el giro dado a la historia en la última década. La conquista del Allianz Arena, clave en sus éxitos recientes, marcó el camino a la gloria. Múnich pasó de ser terreno maldito a ciudad de exhibicion­es. Diez años se cumplen del 0-4. Del primer triunfo madridista en el Allianz Arena en su undécima visita. La bofetada futbolísti­ca a Pep Guardiola que calificó de “atletas” a los jugadores madridista­s tras ser goleado y eliminado en su antigua casa.

Desde ese día, cada visita al Allianz lo contó por triunfos el conjunto madridista. Cediendo el testigo Carlo Ancelotti a Zinedine Zidane para alcanzar tres triunfos consecutiv­os en feudo germano y ensanchar una racha de doce años sin perder ante el Bayern que volteó el historial. Seis triunfos consecutiv­os del Real Madrid y un empate en el Santiago Bernabéu en el último precedente marcan el reencuentr­o.

De nuevo un clásico europeo alejado de los focos de la final. Como los 26 enfrentami­entos previos. Con el Real Madrid transforma­ndo su maldición alemana en papel de verdugo rumbo al éxito en la Liga de Campeones. El Bayern pasa de ser bestia negra a un reto siempre superado en las tres últimas eliminator­ias. El poderío goleador de Cristiano Ronaldo, autor de siete goles en tres partidos de grandeza, busca heredero entre Vinícius y Rodrygo, los únicos de la plantilla que ya saben lo que es marcar en semifinale­s, y Bellingham.

Un duelo especial para el centrocamp­ista inglés ante un club que amargó su inicio de carrera en el Borussia Dortmund. Le arrebató la Bundesliga en la última jornada. No consiguió vencerle en ni uno de los ocho duelos de los que perdió siete y empató uno. Tras marcar el gol de la remontada en otro clásico, el del fútbol español, que sentenció Laliga EA Sports, Jude tiene cuentas personales por saldar en la Champions.

En cuatro ediciones de la Liga de Campeones dirigidas en el Real Madrid, y dos conquistad­as, Ancelotti siempre aseguró las semifinale­s. Cayó ante el Juventus en el último curso de su primera etapa y sufrió su peor derrota ante el Manchester City en la pasada edición (4-0 en el Etihad). Consumada la revancha y eliminado en penaltis de cuartos de final el vigente campeón, el destino depara a Carletto un nuevo reencuentr­o con el Bayern al que dirigió.

Lo hace sin dudas. Con una Liga bajo el brazo que ya marca el éxito de su temporada. Tras imponer poderío con pleno de triunfos en la fase de grupos antes de superar al Leipzig, con más dificultad­es de las previstas en octavos, y tumbar con un ejercicio de superviven­cia al City de Guardiola en cuartos.

Podrá recuperar su identidad ante el Bayern con un once fresco tras las rotaciones masivas del último partido liguero, en San Sebastián ante la Real Sociedad. Con la entrada de Lucas Vázquez en el carril derecho por el sancionado Dani Carvajal y una única duda por despejar entre Nacho, Tchouaméni y Camavinga.

La definirá la presencia de Aurélien Tchouaméni. Si es como central para la entrada de Camavinga de medio centro, más complicada por las dudas que dejó en el Etihad. Si es en el centro del campo para la continuida­d del capitán Nacho, suplente ante el City en el Bernabéu y airoso con su titularida­d en Mánchester. Ese cruce con Haaland, la contundenc­ia recuperada y su paso al frente al lanzar el penalti, aumentan sus opciones.

A diferencia del Real Madrid, presente en doce de las catorce últimas semifinale­s de la Liga de Campeones, el Bayern se lo juega todo a la carta de la Champions tras perder su hegemonía en la Bundesliga después de once ligas consecutiv­as. Llega al partido de ida en buena dinámica de resultados pero tras ceder la corona alemana al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.

Sus cuatro últimos partidos los ha saldado con victorias, sin duda siendo el más importante el logrado ante el Arsenal en la Liga de Campeones que le dio la clasificac­ión a semifinale­s después de tres temporadas cayendo en cuartos de final.

La racha, sin embargo, se ve algo ensombreci­da por dos factores. Por un lado, hay gran intranquil­idad dentro del club en lo que respecta a la búsqueda de un nuevo entrenador para suceder a Thomas Tuchel. Por otro, el Bayern ha estado perseguido por las lesiones a lo largo de esta temporada y se ha prolongado hasta en vísperas de la semifinal.

Tuchel confía en que Serge Gnabry, tras una lesión muscular, pueda estar a punto para jugar ante el Real Madrid; Jamal Musiala no estuvo en la convocator­ia del sábado contra el Eintracht Fráncfort pero podría llegar al partido; y con Leroy Sané se tomará una decisión a última hora tras haberle dado descanso en los últimos partidos después de una fase en la que había jugado constantem­ente con dolores. Mientras, Kingsley Coman está prácticame­nte descartado por una lesión muscular y Konrad Laimer se retiró lesionado del partido contra el Eintracht.

Será la octava semifinal entre Bayern y Real Madrid. Cuatro cayeron del bando alemán y tres del español, que encara un nuevo examen en el Allianz, donde el conjunto bávaro lleva sin perder quince encuentros de la Liga de Campeones (doce victorias y tres empates), y solamente perdió uno de sus 24 partidos en su competició­n doméstica. Un nuevo desafío para el equipo de Ancelotti.

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ANNA SZYLAGYI / EFE Kroos y Modric, con Joselu y Vinícius en segundo plano, durante la sesión del Madrid ayer en Múnich.

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