¿Cómo es la verdadera educación?
ENERO 2021. Volvemos a reconducir un segundo trimestre con tecnologías a flor de piel y “distanciamiento social”, presentando un especial sobre la creatividad en el Aula.
A partir de un artículo en prensa sobre mi maestro, el singular artista Miguel Pérez Aguilera, de poliédrica trayectoria y ejemplaridad polivalente, a propósito de si la enseñanza supone un refugio para artistas que no quieren depender del mercado o de las modas espacio-temporales, un compañero colaborador de este Suplemento (de sutil y genial ensamblaje de textos e ideas como ‘Cerebros en Toneles’) me sugiere dedicar la publicación de enero a la “Creatividad en el Aula”. Y en ello estamos.
Para empezar recurro a Antonio Machado y su ‘Juan de Mairena’, cuando dicen que dice que “vivimos en un mundo esencialmente apócrifo, en un cosmos o poema de nuestro pensar, ordenado o construido todo él sobre supuestos indemostrables (...) Y el hecho -digámoslo de pasadade que nuestro mundo esté todo él cimentado sobre un supuesto que pudiera ser falso, es algo terrible, o consolador. Según se mire”.
Creatividad y Aula. Dos términos que han marcado mi vida. Dos elementos que la han dotado de significado y relevancia personal. Dos conceptos interrelacionados que podrían suponerse aparentemente desligados.
Si se es creativo, se ansía aprender. Si el aula, el colegio, la escuela, el centro educativo o como queramos llamarle no es para nosotros solamente algo que está alrededor del patio del recreo sino una libreta abierta…estaremos en el verdadero camino para avanzar en nuestra formación integral.
Decía Charo Ramos que “la independencia tiene un precio y a veces es el refugio de la enseñanza el que repara lo que hurta la historia” y yo insisto en que la educación artística no es un refugio sino un avispero, un revulsivo a la pasividad, un incentivo a la actividad creadora, un aniquilamiento de la somnolencia.
Hay quien me dice: “¡Claro, tú qué vas a decir, si eres profesor de Dibujo!”. En absoluto, lo digo porque pienso firmemente que el desentrañar las formas y transmitirlas mediante un lápiz (digital o no), una imagen (analógica o no) o un gesto…son formas de vida, son muestras de nuestra verdadera existencia.
La compañera Rosa de Trías dice que es necesario rendir un homenaje al profesorado al que la Historia del Arte no ha puesto en su sitio (por su prudencia, por no su adscripción ideológica o por tener su estudio y su clase como lugar de expansión, concentración, investigación y aportación sincera, sin “ambages
ni alharacas”…), sintiéndonos “herederos de su linaje artístico”, de esos Maestros de la Pintura que han sido “libros vivos”.
En tiempos de la Bauhaus se pensaba que el verdadero Arte no podía enseñarse, aunque sí las técnicas. Y lo que aportaron genios como Itten, Klee o Kandinsky (por citar a algunos relevantes) es el disfrute estético, la liberación de la representación imitativa, la sonoridad de las formas, el ritmo desenfadado que desvelaba las verdaderas armonías cromáticas y compositivas.
Hay gran cantidad de ejemplos de creatividad en el Aula (no solamente de quienes tenemos el privilegio de trabajar en una Escuela de Arte) repartidos por toda la comunidad educativa. Conozco a profesores de Matemáticas que enganchan a su alumnado y amenizan sus clases de maneras muy interesantes, a compañeros de Filosofía que dibujan unas pizarras impresionantes (aunque a veces parezcan cuadros abstractos, eso sí, pero de una belleza tipográfica infinitamente concordante), a compañeras de Plástica que enfocan la Geometría desde tantos puntos de vista que ofrecen perspectivas multidisciplinares con recursos ilimitados, a compañeras y compañeros de Idiomas que transportan a mundos maravillosos de difícil pronunciación pero de soñadoras alternativas vitales…y así podríamos seguir rellenando páginas y páginas de nuestra historia docente.
Creo que Georges Braque dijo que “mientras la Ciencia tranquiliza, el Arte perturba”, pero opino que la creatividad en el aula es lo único que aporta verdaderamente lógica científica y motivación a nuestra profesión.
Feliz Año, el curso continúa. Saquemos los cuadernos.