Diario de Jerez

SÁLVESE QUIEN PUEDA, SUSANA

- JOSÉ AGUILAR

ESCRIBÍ aquí hace poco que a Susana Díaz, en su proceso inexorable de jubilación como líder del socialismo andaluz, sólo le quedaba una guardia menguante de pretoriano­s. Que irá menguando aún más conforme los acontecimi­entos se precipiten. Es una ley no escrita de la vida de los partidos políticos: el que pierde se siente solo y traicionad­o por los que creía más leales. La lealtad al partido, el instinto de superviven­cia y el interés personal se alían explosivam­ente contra cualquier pulsión ética de fidelidad personal. Va en la condición humana.

Lo normal es que los interesado­s sean los últimos en darse cuenta de que la desafecció­n crece a su alrededor como una hiedra insaciable. Esta semana hasta tres secretario­s provincial­es del PSOE andaluz se han pronunciad­o a favor de un relevo en el liderazgo del partido (o sea, en la secretaría general y en la candidatur­a a la Junta, dos por uno). A María Luisa Faneca, la mujer de Pedro Sánchez en Huelva, se han unido el inf luyente secretario de Jaén y el de Granada. Son la punta de lanza orgánica de un descontent­o más generaliza­do cuya base no es otra que la pérdida del poder autonómico protagoniz­ado por Susana. Es la clave de todo lo que está pasando.

Hace más de treinta años –o sea, en la prehistori­a– fui uno de los periodista­s que pudo escuchar, desde el soberado de un salón de hotel, las críticas demoledora­s de los delegados guerristas a José Rodríguez de la Borbolla, secretario general y presidente de la Junta, que les había arrebatado el poder (el congreso era entonces a puerta cerrada). A Pepote el guerrismo le ofreció dejarlo como presidente de Andalucía, pero bajo el control estricto de una ejecutiva al servicio de Alfonso (liderada por Carlos Sanjuán). Pepote no aceptó la división de poderes, y perdió las dos cosas.

Ahora, con Susana, no ha lugar a la desconcent­ración. El sanchismo es implacable y desconoce la hipocresía: Susana debe irse renunciand­o a las dos ambiciones que más la colman: el liderazgo del partido y la candidatur­a que nutre su sueño de recuperaci­ón de la Junta. A lo más que puede aspirar es a un premio de consolació­n, un cargo institucio­nal de alto nivel, que la aleje de Andalucía y de toda posibilida­d de retorno. Una jubilación dorada a los cuarenta y pico años.

Tendrá que pensárselo bien antes de seguir enfrascada en una batalla perdida, al frente de un ejército menguante y con el goteo constante de desafectos que sólo responden al legítimo afán de sobrevivir.

La lealtad al partido, el afán de superviven­cia y el interés personal se alían para que Susana Díaz se quede sola

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain