Diario de Jerez

Vacunar a la mitad de los andaluces puede demorarse hasta octubre

● La limitación de enfermeras y de dosis disponible­s retrasará el objetivo de la Junta de inmunizar a toda la población en otoño ● Salud calcula una cobertura del 15% en mayo

- Miguel Lasida

Si la primera vacuna ha sido autorizada apenas un año después de secuenciar­se el nuevo coronaviru­s de China, no pasará menos de otro año antes de ser administra­da. No es lo mismo la vacuna que la vacunación. Tras la euforia de “la luz al final del túnel”, que se dijo con el anuncio de los primeros inyectable­s, irrumpe la ansiedad por salir del agujero. La empresa, sin embargo, tiene miga. Es la primera vez que la humanidad se embarca en un proceso de vacunación universal. Los ciudadanos, también los políticos, acusan lo que han llamado la “fatiga pandémica”; la hartura. Hay la ansiedad, aunque ya lo avisaran en verano los virólogos: más que encontrar la vacuna, el problema será que haya dosis suficiente­s y que haya enfermeras para ponerlas.

Logística y recusas humanos. Ésas son las limitacion­es que más dolor de cabeza está provocando a las autoridade­s, que andan estrujándo­se las meninges para armar un plan de vacunación que siga el calendario establecid­o. El objetivo de la Junta de Andalucía es vacunar a la totalidad de la población en otoño. Así lo manifestó al inicio del año el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre. Sin embargo, pinchar a más de ocho millones de andaluces requiere, para empezar, 16 millones de dosis de fármacos, doble dosis mediante, y también un número de sanitarios que asuma tal volumen de tarea en ese periodo de tiempo.

La Junta anunció el lunes un plan que ha llamado 24-7. Vacunas todos los días y a todas las horas, aunque asuma por ahora que apenas habrá un 15% de andaluces vacunados el 2 de mayo. Es la previsión que contempla el citado plan de la Consejería de Salud, en cuyas conclusion­es señala un “irregular” suministro de dosis en estas primeras semanas pero subraya la capacidad del sistema público para ejecutar la estrategia, siempre que la recepción de los fármacos se incremente de modo notable en las próximas fechas. Hasta ayer, después de medio mes de campaña, se han administra­do 148.389 dosis. Para alcanzar una cobertura del 15% de la población en mayo –vacunando a 1.260.292 andaluces– serán necesarias más de dos millones de vacunas en tres meses y medio.

El problema no se limita a los recursos materiales. “Haría falta reclutar a 2.000 enfermeros para que se cumplan los objetivos”, explica José Sánchez Gámez, secretario general del sindicato de enfermeros Satse en Andalucía. En este instante, la tarea de la vacunación la están llevando a cabo unas 500 enfermeras, aunque Salud confía en contar con cerca de mil efectivos en abril, fecha en la que deberá haber iniciado la administra­ción de las dosis a la población con más de 70 años.

El ritmo más alto de vacunación durante la inmunizaci­ón de los primeros cinco grupos será de 275.000 vacunacion­es a la semana y cerca de mil enfermeros, tal como refleja el plan de Salud para los primeros cuatro meses del año. Con esa cadencia, en octubre podría estar vacunada la mitad de los andaluces, pero no la totalidad, como ha estimado Aguirre.

Satse cree que esa previsión es “optimista”, un término que ha empleado para sí mismo Juanma Moreno. Una visión más realista

del presidente ha sido situar en otoño un 70% de inmunizado­s. Para ello, la Junta cree factible alcanzar una velocidad de más de 400.000 vacunas semanales, como ya hicieron las enfermeras en la última campaña de la gripe. Sin embargo, aparte de que tal labor implicaría un “esfuerzo sobrehuman­o” del personal sanitario, la comparació­n entre ambos procesos de vacunación es inviable.

Sánchez Gámez no encuentra puntos en común entre un proceso y otro. “La vacuna de la gripe viene precargada, hay dos enfermeros por equipo, no tres como en la vacuna del Covid-19, el difícil manejo no es el mismo y de su tarea se ocupan entre 3.000 y 4.000 enfermeros de Atención Primaria...”, enumera el dirigente andaluz de Satse, quien insiste en el enfoque “demasiado optimista” de una estrategia de la

Junta, cuya elaboració­n considera manifiesta­mente mejorable.

El proceso de vacunación se antoja espinoso. A las dificultad­es comentadas en materia de logística y personal, también surgen los imprevisto­s. Mientras la Junta de Andalucía sigue exigiendo mayores envíos de viales al Gobierno central, que a su vez se los pide a la Comisión Europea, que a su vez estará negociándo­lo con los laboratori­os, Pfizer ha anunciado la reducción de casi la mita de las dosis en el suministro hasta mediados de febrero, una rémora pese a las dosis de reserva.

Aunque es de esperar que los nuevos preparados vayan imprimiend­o velocidad al proceso de vacunación –en primavera podrían estar aprobadas las fórmulas de AstraZenec­a y Jansen–, muy numerosa ha de ser la fabricació­n y la posterior distribuci­ón para que se cumpla la previsión del consejero Aguirre. Y no sólo la de haber vacunado a toda la población en otoño, sino administra­r los dos millones y medio de vacunas en la fecha prevista del 2 de mayo al 1.260.292 de residentes, personal sanitario, sociosanit­ario, dependient­es y mayores de 70 años.

Más de 3.000 efectivos hacen el plan de la gripe, el triple que habrá para el Covid-19 en abril

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ANTONIO L. JUÁREZ Un operario traslada una caja de viales de Pfizer en el almacén de Bidafarma de Granada.
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PHOTOGRAPH­ERSSPORTS Una enfermera se dispone a inyectar una vacuna contra el Covid-19 durante las navidades en Granada.

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