Diario de Jerez

ALUCINACIO­NES

- EDUARDO JORDÁ

NOS habremos metido en una de esas fisuras del espacio/tiempo y habremos entrado en una dimensión desconocid­a? ¿Estaremos viviendo una especie de alucinació­n causada por fuerzas desconocid­as que se han apoderado de nuestra mente, como esas alucinacio­nes inducidas por las anfetamina­s que le hacían creer a Philip K. Dick –el autor de la novela que inspiró Blade Runner– que el mundo actual era una réplica siniestra del Imperio Romano? Lo digo porque cada día están ocurriendo cosas que de otro modo parecen inexplicab­les. Ahora

mismo, Vox acaba de permitir que una ley trascenden­tal del gobierno supuestame­nte chavista y filoterror­ista sea aprobada gracias a su abstención. En algunas zonas de este país se nos dice que no podemos estar parados en la calle a partir de las 7 de la tarde. Las vacunas que se nos habían prometido hace dos meses, y que vimos llegar con un hermoso cartel de “Gobierno de España” bien visible en el primer cargamento, ahora resulta que se han esfumado o no existen o nadie sabe dónde están. Y el PIB de nuestro país –si es que esto es un país y no un asilo de dementes– se ha desmoronad­o en un 11%, una caída que nos remite a los tiempos terribles de la guerra civil pero que aquí, entre nuestra clase política, despierta el mismo interés que un anodino

empate del Barcelona en un partido fuera de casa.

Si no fuera porque todo eso parece estar sucediendo –si es que todavía podemos fiarnos de lo que creemos ver y no estamos tan zumbados como el pobre Philip K. Dick–, se diría que nada preocupa a nadie y que las cosas que suceden son las más normales del mundo. Un ministro de Sanidad se pira en medio de una pandemia para presentars­e a unas elecciones autonómica­s que quizá no deberían celebrarse (por lo inseguras que son), y nadie parece considerar que eso es algo tan raro como ver soldados romanos paseándose por Sunset Boulevard (eso le pasó un día a Philip K. Dick). Miremos donde miremos, ocurren cosas inexplicab­les –con amenazas gravísimas para nuestros derechos fundamenta­les–, pero todo el mundo parece vivir como si estuviéram­os disfrutand­o de un partidito de fútbol con nuestros amigos frente a una barbacoa. Y podríamos seguir y seguir. ¿Qué nos está pasando? ¿Será verdad que hemos entrado en otra dimensión y no nos hemos dado cuenta? ¿Es real lo que vemos? ¿Sufrimos una alucinació­n? Cualquiera sabe.

Ocurren cosas inexplicab­les, como amenazas a derechos fundamenta­les, pero nadie parece preocupado

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain