HERENCIA QUE SE ESFUMA
societaria del grupo, separando todos los negocios y activos de la matriz, y ésta, que está en preconcurso desde el 18 de agosto, estaría en liquidación. Ester se muestra muy crítica con la actitud que el PSOE andaluz ha tenido en esta crisis, por presionar al Ejecutivo actual para que facilitase el rescate que habría hecho irreversible la ruina de los accionistas.
PROYECTO DE VIDA TRUNCADO
Sergio (Valencia, 1987) ha visto truncado su proyecto de vida porque decidió invertir sus ahorros de emigrante en el Reino Unido en Abengoa. Propietario de diez millones de acciones B, en las que invirtió unos 120.000 euros. Hoy valen 64.000, pero están como las de todos, bloqueadas y en riesgo cierto de convertirse en cero.
Después de estudiar ADE, Sergio optó por de España en mayo 2016. Vive en Belfast desde 2018,
Fernando (Llovera, 1936) posee más de un millón de acciones de la clase A de Abengoa, compradas a partir de 2018 “como una inversión para poder dejarlas a mis hijos y nietos”. Una herencia que está en el aire, a punto de esfumarse. “Invertí porque que creo que tenía mucho provenir”, confiesa a sus 85 años, y recuerda que los 30.000 euros que invirtió “me representó un terrible esfuerzo” que ahora puede perderse.
Ester, de Madrid
José Luis, de Madrid
Sergio, de Valencia
“La empresa por su capacidad, patentes y talento creo que es para salvarla si es necesario con la ayuda del Estado, pues una empresa así no se fabrica de la noche a la mañana y éste sería el primero beneficiado”, razona.
Félix, natural de Vizcaya y de 49 años, es licenciado en Psicología, aunque tiene un trabajo mileurista en una empresa de servicios. Invirtió en julio de 2015 promediando para poder recuperar la depreciación de la primera inversión. Tenía gran ilusión con la empresa por su gran proyección internacional. A día de hoy la inversión total realizada asciende a 90.000 euros. Desde que se suspendió la cotización en julio vale 31.000 euros aproximadamente, prácticamente el importe del crédito bancario de 30.000 euros que pidió para poder promediar. Todos sus ahorros y la deuda están en peligro. Tiene el piso embargado desde 2010. Está en tratamiento médico por depresión y ansiedad desde julio pasado por Abengoa.
Fernando (Orense, 1986), también vive angustiado porque puede perder los 40.000 euros que metió en Abengoa creyendo en su potencial, el mismo que aseguraba tener la cotizada, que ahora ni siquiera presenta las cuentas.
La lista de afectados llenaría varios periódicos. Miles de vidas en angustia permanente pendientes de lo que pase con Abengoa.