Birmania simula normalidad tras el golpe
Surgen las primeras protestas tras tomar el poder el Ejército y detener a la líder del país asiático
Birmania volvió ayer a una aparente normalidad mientras surgen los primeros movimientos de protesta después de que el Ejército se hiciera el lunes con el poder y detuviera a la líder del país, Aung San Suu
Kyi, y a varios miembros de su Gobierno. El cambio más llamativo en las calles de Rangún, la mayor ciudad del país, fue la desaparición de la mayoría de las banderas rojas de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de la venerada Nobel de la Paz e icono de la lucha por la democracia.
Fue uno de los pocos recordatorios de la turbulenta jornada del lunes en una ciudad donde se notó una actividad menor, pero con la mayoría de las tiendas y bancos abiertos y sin grandes dispositivos de seguridad, como la víspera. Los medios de comunicación volvieron a emitir, circularon los periódicos, y la señal de teléfono y líneas de internet se mantuvieron operativas después de los cortes del lunes.
Los militares quisieron proyectar ayer una imagen de normalidad después de que la víspera dieran un golpe de Estado tras detener a parte del Gobierno, incluida Suu Kyi, quien se encuentra en arresto domiciliario en su residencia de la capital, Naipyidó, en buen estado de salud al igual que sus compañeros de gabinete, según un portavoz de la LND. El partido de Suu Kyi exigió ayer al Ejército que libere a todos los detenidos y que respete el resultado de las elecciones generales de noviembre, donde esta formación arrasó al imponerse con el 83% de los escaños.
Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, informó de que al menos 45 personas fueron arrestadas, entre ellos miembros del Gobierno, presidentes regionales, activistas y artistas.