Amenaza de bucle infinito
Los dos grandes crecidos el 14-F son Vox, que sólo podrá rugir, y la CUP, que radicalizará con Junts al presumible tripartito que conformarán con ERC
El PSC ha ganado las elecciones pero está perdido. El independentismo ha salido reforzado pero está dividido. La derecha cae más (Cs) o menos (PP) en picado y la ultraderecha pixela todo lo que la rodeaba en la foto de Colón. Estos son los indiscutibles titulares del 14-F.
Ferraz patrimonializa el éxito de Salvador Illa, con sus f lamantes 33 escaños y cerca de 650.000 votos. Enfrente, la altiva mayoría independentista, con sus 1,2 millones de votos y su estentórea mayoría absoluta de 74 escaños. El secesionismo sigue ahí, con un porcentaje del 51% de voto (estaba en el 47). Poco importa ya que la participación fuera del 80 o del 52%... la tricotadora del bucle infinito de la ruptura con España que Artur Mas empezó a tejer hace diez años sigue a tutiplén.
Los socialistas venden que los catalanes han ratificado la apuesta por la negociación. El triple empate entre el PSC, ERC y JxCat lo atestigua sobre el papel. Pero la transversalidad es carne de utopía al albur de ese veto que las fuerzas secesionistas se autoimpusieron en campaña para con los socialistas.
Un cordón sanitario que hasta ahora era coto vedado para la extrema derecha, tercera fuerza política de España y cuarta de Cataluña.
El cabeza de lista de ERC, Pere Aragonès, y el del PSC anunciaron ayer la apertura de una ronda de contactos en busca de apoyos para conseguir su investidura a la presidencia de la Generalitat. Illa está dispuesto a llevar hasta el final su brindis al sol. Que a nadie se le pase por la cabeza que va a esconder resignadamente la cabeza bajo el ala como hizo Inés Arrimadas
La amnistía y el referéndum van a ser el mantra que anegará el posibilismo de Esquerra
en 2017. ¿Para qué me voy a presentar si me van a dar la patada? argumentaba tirando de lógica matemática y cierta pereza.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, uno de los políticos presos que ha podido hacer (e inflamar más la) campaña, ha sentenciado para despejar las pocas dudas que pudiera haber que un Govern entre Esquerra y el PSC es “imposible” porque ambos son “los partidos políticos más antagónicos de Cataluña”.
ERC iniciará “de forma inmediata” la negociación con todos los partidos soberanistas –de JxCat a la CUP, pasando por los comunes– con vistas “a la formación del nuevo Govern”, según la portavoz republicana, Marta Vilalta. Los republicanos repudian la aventura unilateral que ciega a JxCat y enarbolan su apuesta por el diálogo para encauzar el conf licto político.
La implosión del antiguo espacio de Convergència le ha pasado factura a Jxcat. Se le han ido los 70.000 votos del PDeCAT amén del puñado (5.000) de su otra escisión, el PNC, el partido de Marta Pascal, que tampoco ha obtenido representación parlamentaria.
Así que entra en danza el otro gran triunfador junto a Vox del 14F: la CUP. La formación antisistema tiene la llave de la mayoría independentista. Así que Houston digo Madrid y Sánchez tienen un problema: el presidente del Gobierno puede estar pensando en indultos y en rebajar el delito de sedición, pero ni puede conceder una amnistía, que no se contempla constitucionalmente, ni debe aprobar un referéndum de autodeterminación, que son las exigencias que vienen con el futuro tripartito. ERC (en el Govern) y el PSC (en la oposición) querrán dialogar. pero los tres lobos (Junts, Vox y CUP) se querrán comer todo, hasta el bucle.