LOS INVASORES ‘ MALOS’ (Y II)

HABLÁBAMOS en nuestro anterior artículo de un hongo, que si un milagro no lo detiene, va a terminar con nuestro precioso monte mediterráneo y sobre todo con el árbol más característico de nuestro término municipal; el alcornoque.

De la sierra vamos a pasar a la costa y hablamos de otros organismos foráneos que están amargando un poco a nuestros vecinos de Cádiz, la tacita de Plata.

Por una parte un alga asiática invasora que lleva unos pocos años entre nosotros y que tapiza ya casi todos los fondos rocosos desde Tarifa hasta Conil. Probablemente haya venido en los depósitos de agua de los barcos y ha encontrado aquí un hábitat idóneo.

Ha desplazado las praderas de algas autóctonas, tan importante para la pesca, de nuestros mares, entorpeciendo gravemente las labores de faenado de nuestras flotas pequeras.¿Y cómo perjudica este alga a nuestros vecinos de Cádiz? pues porque están desplazando y casi exterminando a nuestros erizos de mar. Y casi sin comerlo ni beberlo la popular “Erizá” que se celebran en Carnavales, pandemia aparte, en estas fechas ha obligado a los gaditanos a tener que recurrir para probar este delicioso manjar a traerlo de Galicia y Asturias, costas a donde el alga no ha llegado.

Y otros intrusos molestos son las Cotorras argentinas que han invadido gran parte de las palmeras de la capital. La especie se distribuye de forma natural por América del Sur .Y como es muy adaptable se reproduce en ambientes tropicales ,templados o fríos. El problema es que perjudican a la avifauna local y además sus cantos tan estridentes provocan cierta contaminación acústica. Ellas no tienen la culpa, son producto de escapes o sueltas de hogares que las poseían. La manía de traer animales ;tortugas, pájaros…de otras latitudes para luego soltarlas sin pensar en el perjuicio que supone para la fauna autóctona.

Y con la de animales domésticos que hay en los centros de acogida esperando una esperanzadora adopción.