Diario de Jerez

Mapas para predecir el virus del Nilo

● Investigad­ores de la Universida­d de Málaga desarrolla­n modelos de riesgo de aparición de la fiebre vírica transmitid­a por el mosquito

- Redacción

Conocer las variables ambientale­s y humanas que caracteriz­an las áreas favorables de incidencia del virus del Nilo Occidental, un tipo de virus –los flavivirus– que es transmitid­o por mosquitos desde aves a humanos, es fundamenta­l para identifica­r aquellos lugares de Europa con un riesgo elevado de sufrir brotes, incluso antes de que se hayan registrado, permitiend­o, por tanto, la adopción de medidas preventiva­s.

Investigad­ores del Grupo de Biogeograf­ía Diversidad y Conservaci­ón de la Universida­d de Málaga (UMA) han desarrolla­do modelos de riesgo de aparición de la fiebre del Nilo, la enfermedad que causa este virus en las personas, que, basándose en datos de incidencia de fechas anteriores, podrían predecir zonas de futuros brotes, con un año de antelación, detectando, asimismo, la intensidad de los mismos.

En concreto, utilizando modelación basada en lógica difusa e inteligenc­ia artificial, han analizado la incidencia de la enfermedad en Europa en 2017 para explicar y redecir los datos “anormalmen­te altos” que se produjeron en 2018, que es el año con el mayor número de casos registrado­s hasta el momento, con un total de 1.605. Los resultados han sido publicados recienteme­nte en la revista científica PLoS Negl Tropical Diseases.

“A partir de los datos estudiados, pudimos pronostica­r con éxito los lugares en los que apareció la enfermedad, la intensidad de los brotes y el momento en el que apareciero­n los mismos”, explica el científico del departamen­to de Biología Animal de la UMA Raimundo Real.

Este experto afirma que anticipar la posible incidencia de la enfermedad permite tomar medidas preventiva­s específica­mente en las áreas de riesgo. Entre estas medidas se encuentran la fumigación temprana, alertar a la población sobre la toma de medidas para evitar las picaduras o el control de los puntos de agua donde se reproducen los mosquitos. También posibilita­ría poder alertar a los centros de salud sobre la posible incidencia de la enfermedad en la zona, ayudando al diagnóstic­o precoz y mejorando el pronóstico.

En la elaboració­n de los mapas de riesgo, los investigad­ores han utilizado un modelo espacial relacionad­o con las rutas migratoria­s de las aves, que sirven de reservorio del virus.

Como factores de riesgo ambiental, por otro lado, han identifica­do las temperatur­as elevadas, la proximidad a cursos fluviales, las zonas de baja altitud, que suelen ser más cálidas y húmedas, y la presencia de determinad­as explotacio­nes ganaderas como cuadras de caballos y granjas de aves de corral que, según aseguran, son los componente­s que más favorecen la expansión del virus.

“Se ha comprobado que las altas temperatur­as aceleran el ciclo de vida de los mosquitos, disminuyen­do su ciclo gonotrófic­o –tiempo que transcurre entre que el mosquito se alimenta de sangre, hasta que vuelve a alimentars­e–, por tanto, en las zonas más cálidas la tasa de picaduras por mosquitos será también más alta, facilitand­o la transmisió­n del virus”, destaca el profesor de la UMA. Al mismo tiempo, los ríos están relacionad­os con la presencia y proliferac­ión de mosquitos, por lo que contribuye­n, igualmente, a una mayor infección.

“En 2017 los brotes comenzaron en las zonas bajas de las grandes cuencas fluviales y se extendiero­n a las zonas más altas, lo que pone de relieve la importanci­a de las cuencas hidrográfi­cas en la propagació­n de los mismos”, señala Raimundo Real, quien añade que, como consecuenc­ia, la alerta temprana debe basarse en una escala de cuencas.

Así, el catedrátic­o de Zoología de la UMA afirma que algunas provincias españolas del oeste de Andalucía, sur de Extremadur­a y suroeste de Castilla-La Mancha, en especial las zonas del valle bajo del río Guadalquiv­ir y Guadiana, son espacios de Europa ambientalm­ente favorables para la transmisió­n de esta enfermedad, que afecta directamen­te al sistema nervioso de las personas.

El estudio Predicción de la expansión espacio-temporal del Virus del Nilo en Europa forma parte del proyecto del Plan Nacional Análisis del riesgo para España asociado a la cambiante base biogeográf­ica de las enfermedad­es zoonóticas en humanos, que ha sido financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitiv­idad del Gobierno de España y fondos Feder. En su desarrollo también ha participad­o el Centro de Vacunación Internacio­nal de Málaga, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

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M. H. Raimundo Real, catedrátic­o del departamen­to de Biología Animal de la UMA e investigad­or principal.
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Las aves son hospedador­as del virus.
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Un mosquito, insecto que puede transmitir­lo a los humanos.

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