El Instituto Cervantes organiza un Congreso Mundial de Flamenco
● Rocío Márquez y Miguel Marín serán los comisarios de las actividades, que se celebrarán en África, Asia, América y Europa
El Instituto Cervantes celebrará entre este año y el próximo el Congreso Mundial de Flamenco, una iniciativa que “tiende la mano” a este arte en un momento especialmente difícil con una programación que se desarrollará en cuatro continentes. “Queremos celebrar la importancia de una disciplina fundamental como alta cultura en la sociedad española”, explicó el profesor y poeta granadino Luis García Montero, actual director de esta institución, en la presentación de este “evento global” que será comisariado por el programador Miguel Marín, presidente de la Asociación de Festivales Flamencos, y la cantaora onubense y doctora cum laude por la Universidad de Sevilla Rocío Márquez.
De entre todas las actividades, García Montero destacó el homenaje que se hará en Buenos Aires a Enrique Morente como uno de los primeros cantaores que se interesaron por la poesía culta y por el diálogo con el flamenco. “La primera vez que escuché a un poeta en la voz de un flamenco fue con él, que hizo un trabajo extraordinario con Miguel Hernández. Fue un descubrimiento. Esa poesía nos ha dado gloria y nosotros se la estamos devolviendo”, apuntó la cantaora Carmen Linares, quien junto a otros compañeros como Marina Heredia y Arcángel participó en esta presentación.
Como encargados de coordinar las actividades, Miguel Marín y Rocío Márquez recordaron el inminente centenario del Concurso de Cante Jondo que promovieron en 1922 Manuel de Falla y Federico García Lorca. Basándose en las ideas que planearon sobre este mítico concurso celebrado en Granada, cinco serán los ejes que se desarrollarán, uno por continente donde está presente el Instituto Cervantes.
Así, en los centros de África, cuna del árabe, se dará el pistoletazo de salida con una reflexión sobre cómo la élite cultural legitimó el f lamenco a través de ese concurso de recuerdo legendario, “cuando encontraron en la palabra la manera de relacionarse con este arte”. En Asia se centrarán en la idea del flamenco “como arte exótico y misterioso” y en el movimiento del cuerpo, mientras que en América del Sur se hablará de la emoción y en si, como se defendía en 1922, el artista “amateur” la pierde al profesionalizarse.
Habrá espacio para dos nociones que parecen nuevas, pero que en realidad han sido una constante. En América del Norte, por ejemplo, se tratará la (artificial) división entre flamenco puro y adulterado y, a partir de ahí, se hablará de la diversidad. En Europa, se hablará del f lamenco como arte en peligro de extinción, que fue precisamente una de las causas por las que Falla y Lorca impulsaron el Concurso de Granada, una premisa que, como en aquel entonces, será la excusa para poner la mirada en el futuro.
El propósito de la programación, explicó Rocío Márquez, no es tanto revisar la historia como crear “un espacio de debate donde se planteen una batería de preguntas que no tengan respuestas correctas, sin decálogos ni cánones, pero sí ref lexión acerca de los prejuicios que traemos”. “Sólo desde la unión conseguiremos que una crisis como ésta quede en recuerdo vago y salgamos incluso fortalecidos”, añadió la artista, “emocionada” por que “en un momento tan delicado el Cervantes nos tienda la mano para salir adelante”.