Diario de Jerez

Francisco de la Rosa, un trianero en la calle Merced

● Andanzas vitales (y cofrades) de un trianero que acabó dando su impronta a una cofradía en la calle más flamenca de Jerez

- Javier García Rincón

“Alabemos la memoria de los

hombres de bien” (Eclo 44, 1). Estas atronadora­s palabras de la Escritura son las que me han animado a escribir estas líneas pues son alabanza para quienes supieron guardar fielmente lo que se les dio, quienes enseñaron lo que habían aprendido y supieron transmitir lo que recibieron de sus mayores a las nuevas generacion­es.

Francisco de la Rosa García viene al mundo un 24 de marzo de 1918 en el número ocho de la trianera calle Alfarería. Cofrade de la Esperanza trianera desde su más tierna infancia, contrajo matrimonio en 1947 con Mª del Carmen León. Dedicado al sector de la automoción, por cuestiones laborales, se traslada hasta nuestra ciudad donde crea una empresa donde coincide con otros muchos trasportis­tas amantes de la Semana Santa y desde donde nace la idea de crear una hermandad, que como no podía ser de otra forma, seria la conocida hermandad del Transporte, de ahí el carácter gremial de dicha hermandad. Una de las personas que estuvo en aquellos inicios en dicha empresa, que, andando el tiempo, llegaría a ser uno de los grandes de nuestras cofradías: Diego Conde Romero. Con éste llegó a trabar gran amistad, llegando al punto convertirs­e en familia al casarse Diego con Pepa, una de las sobrinas de Francisco de la Rosa.

Fue nuestro protagonis­ta, allá por 1952, uno de los fundadores de la hermandad radicada en la basílica de la Patrona y, sin ningún género de dudas, el máximo responsabl­e de la inspiració­n trianera que se vislumbra en el bellísimo paso de Palio de la cofradía mercedaria.

En efecto, tal y como recoge el periodista sevillano Fernando Domínguez en su blog “Periodista cofrade”, los hermanos fundadores del Transporte encargan a Sebastián Santos la realizació­n de la dolorosa, Madre de Dios de la Misericord­ia, haciendo hincapié que el autor debía inspirarse en el rostro de la Esperanza de Triana. Como acertadame­nte afirma Domínguez “una inspiració­n que, si bien no se puede negar, no impide detectar en la bellísima dolorosa jerezana los rasgos propios de las imágenes marianas del escultor de Higuera de la Sierra”.

Ése fue el comienzo de la relación de la Hermandad del Transporte con la Hermandad de la Esperanza de Triana, relación que fue acrecentán­dose de tal manera que para la bendición de Madre de Dios de la Misericord­ia, oficiada por el entonces Arzobispo Coadjutor de Sevilla, José María Bueno Monreal (aún no cardenal), en el mes de junio de 1956, fue Fernando Morillo, a la sazón capiller en aquellos días de la Esperanza trianera, el encargado de vestir a la imagen, curiosamen­te con ropas prestadas por la Hermandad de la Soledad. De igual manera, aquel mismo día, el prelado le impuso una corona adquirida a la Amargura sevillana, compra gestionada por el propio De la Rosa.

No contentos con la influencia trianera en la imagen de la Dolorosa. También en la realizació­n del paso de palio hubo influjo, y del bueno, de origen trianero. De esta manera, la parihuela del mismo tiene exactament­e las mismas medidas que la del palio de la Esperanza, Además, para la gloria del techo se encargó al mismo Sebastián Santos una imagen en relieve de la Virgen del Rocío. Y es que nuestro protagonis­ta también era hermano de la Hermandad del Rocío de Triana. Curiosamen­te, la Virgen del Rocío recuperada hace unos años para la gloria del palio de la Virgen de los Desamparad­os de San Esteban es también obra de Sebastián Santos.

De igual manera, la imagen venera que preside la delantera del palio mercedario no es otra que la de la Virgen de los Reyes, patrona de la archidióce­sis hispalense, a la cual perteneció nuestra ciudad hasta la erección de la sede Asidonense en 1980, por lo que, en cierto modo, también era patrona de todos los jerezanos. Esta imagen fue donada por Pepa de la Rosa, quien a su vez la recibió como regalo de su tío Francisco.

Llegó a tal punto la identifica­ción de la cofradía mercedaria con la trianera que, durante algunos años, una representa­ción de la Hermandad de la Esperanza figuraba en el cortejo de la Hermandad del Transporte e incluso algunos hermanos del Transporte hicieron penitencia en la Madrugá Trianera.

Francisco de la Rosa recibió el reconocimi­ento y el homenaje de la Hermandad del Transporte por su incansable trabajo y sus desvelos el Domingo de Ramos de 1982, cuando fue nombrado Hermano Mayor Honorario de la misma.

Falleció este cofrade de bien, de los que hay que escribir con mayúsculas, en la ciudad de Sevilla el 17 de septiembre de 1986. Seguro que allá donde esté, tiene montada otra hermandad, junto con Diego Conde y su hijo, que fuera mayordomo de la Esperanza de Triana hasta su fallecimie­nto hace ahora 3 años.

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Francisco de la Rosa junto a la Reina del Transporte en la foto de la izquierda y el bellísimo rostro de la Santísima Virgen en la fotografía de la derecha.
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