El campo se viste de luto por la muerte de Salvador Pineda
en condiciones. “Me quedo con que era una muy buena persona, un tío con fundamento, grandes valores y principios muy arraigados, íntegro y honrado. Me quedo con su sonrisa y su afabilidad, pues era muy difícil verlo enfadado. Es un día muy triste para Coag y para el medio rural”.
Tanto Miguel Pérez como Miguel López Sierra, secretario general de Coag-Andalucía, destacaron la contribución de Pineda a la implantación de la organización agraria en la provincia, que convirtió en “la casa de los pequeños y medianos agricultores”. “Protagonista indiscutible del sindicalismo agrario, puso al sector agrario en la picota con su forma de actuar, su buen talante, sus buenas palabras en una labor callada y encomiable con la que logró arreglar muchísimos problemas del campo”, comentó Pérez.
Responsable de la propagación de la organización agraria desde la pequeña oficina con la que empezó en la calle Limones de Jerez a toda la provincia, con presencia en las ocho comarcas y todos los sectores, tuvo una destacada participación en la configuración regional y estatal de Coag, subrayó Miguel López Sierra, para quien Salvador Pineda fue un “luchador innato, desde una posición honesta y limpia, además de defensor incansable del interés general del campo. Es muy triste, pero a veces las grandes personas tienen un mal final, pero es una realidad con la que hay que convivir. Se va una persona joven y cuesta, pero hay que asumirlo”.
Visiblemente emocionado y muy compungido, José Antonio Gómez Periñán, ex viceconsejero andaluz de Gobernación, recordó que conoció a “mi amigo del alma” cuando accedió al cargo de delegado provincial de Agricultura. “Le dije, me tienes que ayudar y no sólo me ayudó a lidiar con los problemas del campo, sino que me ayudó en todas las demás facetas de mi vida. Se me ha ido una parte de mí, alguien muy especial que me ha enseñado mucho”.
Juan Antonio Blanco también conoció a Pineda tras su nombramiento como delegado provincial de Agricultura y, del mismo modo, entabló amistad con el que considera “un referente del sector agrario, además de promotor de las buenas relaciones institucionales en tiempos de dificultad”. Blanco lo define como “una persona íntegra, afable y buena, un hombre de campo, llano y sincero que realizó una gran labor”.
Pineda tenía predilección por la cooperativa de Nuestra Señora de las Virtudes de Conil, cuyo presidente,
José Ant. Gómez Periñán