Portugal controla la pandemia y avanza en su desconfinamiento
El factor de transmisión marcará los próximos pasos
El país vecino reabre terrazas, museos y gimnasios en esta segunda fase entre mensajes de prudencia por parte de las autoridades La frontera con España permanece cerrada
–sin clases de grupo–, museos y monumentos, en tanto que los adolescentes volvieron a clase.
La jornada, llena de pedidos de prudencia por parte de las autoridades, creaba ambiente de domingo en la calle, cargado de actividad y optimismo: mientras otros países endurecen restricciones, los portugueses reabren con menos de 500 contagios y de diez muertes diarias.
Su desconfinamiento, aún a medias y que convive con la frontera con España cerrada, se percibe sin embargo como un enorme salto cualitativo hacia la “normalidad”.
“Estábamos hartas de estar en casa, no podíamos más. Venimos a dar una vuelta, entrar en tres tiendas y ya está”, confiesa Fernanda. Tendrán que esperar en la céntrica Baixa de Lisboa a que ingresen las ocho mujeres que tienen delante pero no les preocupa. Residentes en Barreiro, al otro lado del río Tajo, decidieron pasar la mañana del lunes exprimiendo uno de los alivios de esta fase de desconfinamiento. El resto, agrega tras titubear, planean dosificarlo en próximos días: “quizá esta semana vayamos a una terraza, por ahora con esto basta. Ya es un gran cambio y nos quedamos tranquilas”.
Otros ceden a la tentación del empacho. Las terrazas de la zona atienden a personas apurando un café y un pastel de nata, muchas de ellas con bolsas de tiendas cercanas, donde las puertas se abren con sus empleados aún repasando escaparates y reorganizando el muestrario.
Una de cada cinco tiendas de Lisboa no abrirá tras no resistir los confinamientos