La acusación por las fiestas de ministros franceses se desinfla
Las acusaciones de que ministros franceses participaron en fiestas organizadas en restaurantes cuando llevan más de cinco meses cerrados ha sido desmentida por varios miembros del Gobierno y, sobre todo, por el hombre con el que empezó todo. La secretaria de Estado francesa de la Transición Ecológica, Emmanuelle Wargon, señaló ayer a France Info que la supuesta presencia de ministros en restaurantes abiertos contraviniendo todas las reglas contra la pandemia le parece “un asunto bastante extravagante” al que no da credibilidad. El titular de Interior, Gérald Darmanin, señaló que ha pedido la apertura de una investigación a la Policía para aclarar la situación y verificar si lo que se dice es falso o cierto.
Es una actividad desigual en Lisboa, donde no todos los que pueden abren. Una de cada cinco tiendas no ha resistido los confinamientos y ya no puede levantar la persiana, según cálculos de la Unión de Asociaciones del Comercio y Servicios divulgados ayer.
Son las tiendas de ropa y calzado las más afectadas, con una caída de la facturación de entre el 50 y el 70% registrada el pasado año.
Y en ese escenario, entre persianas bajadas y otras abiertas, cafeterías y restaurantes, que pueden tener a hasta cuatro clientes en una mesa de la terraza, han sentido que hacían su agosto después de trabajar en exclusivo para entregas a domicilio desde mitad de enero.
Los alivios de ayer son posibles por el control que Portugal tiene actualmente de la situación epidemiológica, aunque en los últimos días se observa con cautela la subida del factor de transmisión R(t), que mide el número de personas que contagia cada infectado.
Este indicador es una de las claves de las autoridades, junto al número de contagios diarios y la presión hospitalaria, para medir los ritmos de la desescalada, y en los últimos días se aproximó a 1, nivel a partir del cual la situación epidemiológica pasaría a agravarse.
Será éste el apartado que Portugal tendrá que vigilar durante las próximas dos semanas para decidir si pasa a la tercera fase del desconfinamiento o si, por el contrario, toca frenar sus alivios.