EL HOMBRE QUE DORMÍA SOBRE LA SOLERA DE TÍO PEPE
“Por mis venas no corre sangre, sino Tío Pepe”. Antonio Flores resume en esta frase su pasión por la profesión de enólogo que aprendió de su padre mientras jugaba siendo un crío en la bodega, rodeado de capataces, arrumbadores... No en vano, presume de haber nacido sobre la solera del Tío Pepe, en lo que hoy día es el Hotel Bodega Tío Pepe. González Byass tuvo la deferencia de invitarle a dormir en su antigua habitación, ya transformada en suite, con motivo de la inauguración el verano pasado.
que dar para llegar a tantísima gente.
–Ahora está hecho todo un influencer.
–Tengo cuenta en Facebook, Twitter, Instagram y Linkedin, y entre todas las redes tendré unos 20.000 seguidores. En el mundo del vino, que es muy especial, es bastante, pero no pretendo ser el que tiene más seguidores sino que sean de calidad.
–¿Qué falta para llegar al gran público?
–Es complicado. Pienso que llegar a un gran volumen o a los volúmenes de antes no sería ni bueno. De alguna manera, para hacerlo popular con cierta exclusividad, y me refiero no al poder adquisitivo, sino al del conocimiento, lo que falta es que vuelva la vida a las calles, a los bares y restaurantes. El jerez se ha convertido en un mundo de especialistas, pero ya hay mucha gente que sabe y entiende de estos vinos. Dar por ejemplo una cata en Madrid, una de mis plazas favoritas y donde hay mucho conocimiento sobre el jerez, es todo un compromiso.