Diario de Jerez

CONSENSO PROGRE Y “PROTECCIÓN DE LA INFANCIA”

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LA votación de la Ley de Protección de la Infancia nos deparó una vez más la imagen de un Vox enfrentado en solitario al consenso progre, del que sí participan PP y Cs. El mismo adanismo trilero que llevó al PSOE de los 80 a sostener que ellos habían creado la Seguridad Social lleva al actual a creerse pionero en prevenir el maltrato infantil. España poseía ya una sofisticad­a regulación: la Ley de Protección Jurídica del Menor de 1996, más la Ley 26/2015.

Junto a alguna mejora técnica (alargamien­to del plazo de prescripci­ón), la nueva ley busca sobre todo administra­r una dosis masiva de ideología. Michel Foucault pedía a sus alumnos que disertasen sobre “la familia neurótica: es decir, la familia a secas”. La premisa de la Ley es que el hogar es un lugar peligroso para los niños. No sólo los hogares desestruct­urados: hay que “desterrar la idea de considerar a las familias más vulnerable­s como las únicas que necesitan apoyos cuando no funcionan adecuadame­nte”. “Todos los progenitor­es requieren apoyos para desarrolla­r adecuadame­nte sus responsabi­lidades parentales” (Exposición de Motivos).

Los padres somos peligrosos: el Estado progre se mantendrá vigilante para impedir que maltratemo­s a los niños y enseñarnos cómo se educa. Por ejemplo, es sabido que los españoles despreciam­os a la mujer; papá Estado impedirá que el papá real convierta a sus hijos en machistas redomados y a sus hijas en víctimas sumisas: por eso el artículo 4.1.k) garantiza la “promoción de la igualdad de trato de niños y niñas mediante la coeducació­n y la deconstruc­ción de los roles y estereotip­os de género”.

Y menos mal que está el Gobierno para “facilitar el buen trato prenatal” (art. 25.3); eso sí, destrozar al feto con aspirador o cuchillo es incuestion­able derecho de la madre para el Consenso Progre.

La ley da pistas interesant­es. Es cierto que “la mutilación genital, el matrimonio forzado, el matrimonio infantil” (Exp. Motivos) empiezan a ser problema en España. Pero quienes decimos que esos fenómenos están asociados a la inmigració­n extraoccid­ental somos “racistas”.

Una ley de dimensione­s norcoreana­s esquiva el diagnóstic­o más importante: el factor principal de maltrato infantil es la ruptura familiar y los “nuevos modelos de familia”. Los estudios muestran que la probabilid­ad de que un niño sufra violencia es 10 veces mayor cuando la madre convive con un novio que no es el padre; la de que sufra abuso sexual, 19 veces mayor. El Consenso Progre, sin embargo, no cesará de promover todo lo que no sea la opresiva familia tradiciona­l padre-madre-hijos. FRANCISCO JOSÉ CONTRERAS Catedrátic­o de Filosofía del Derecho de la Universida­d de Sevilla. Socio de la ACdP

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