La Guardia Civil desaloja en Villamartín un reñidero de gallos con 130 personas
La Guardia Civil ha desalojado a 130 personas que fueron sorprendidas en un reñidero de gallos de Villamartín, cuyo aforo estaba limitado a 18 y donde no se cumplía la normativa anticovid.
En el interior del reñidero se encontraban numerosas personas llegadas desde las provincias de Málaga o Sevilla y de localidades gaditanas con restricciones de movilidad, como Puerto Serrano, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.
En la operación, los agentes detuvieron a dos personas por tráfico de drogas y se tramitaron más de un centenar de denuncias administrativas en virtud a la Ley de Seguridad Ciudadana por incumplimiento de las medidas decretadas contra el Covid19 y por la celebración de una tienta de gallos en contra de la normativa vigente en la comunidad autónoma.
Asimismo, los guardias civiles verificaron que en el interior del establecimiento había más de 130 personas cuando el aforo estaba limitado a 18.
Entre las verificaciones de movilidad realizadas, los guardias civiles constataron la presencia de numerosas personas con residencia en municipios afectados por restricciones de movilidad.
Cuando los agentes procedieron a la inspección de la asociación gallística, observaron sorprendidos que se estaba celebrando una tienta de gallos sin respetar las medidas de seguridad incluso previas a la pandemia.
Algunas de las numerosas infracciones observadas fueron que se había sobrepasado el aforo permitido para el local, que en condiciones normales estaría en 45 espectadores y que actualmente se sitúa en 18 personas.
Además, no se respetaba la distancia de seguridad, muchos de los asistentes no llevaban mascarilla o la llevaban mal colocadas. Por otra parte, se confirmó la presencia de varios menores que, en ningún caso, podían asistir como público. Otras infracciones detectadas fueron: apuestas ilegales, consumo de bebidas alcohólicas, consumo y tenencia de estupefacientes, tenencia ilícita de armas y maltrato animal.
Una vez identificados los asistentes, se comprobó que varios de ellos tenían residencia en las provincias de Málaga y Sevilla. Asimismo, numerosos vecinos procedían de localidades limítrofes que actualmente se encuentran cerradas perimetralmente, como Puerto Serrano, fuertemente castigada por la pandemia.