Un balón pinchado
La renuncia del Atlético y de la Juventus, cuyo presidente iba a ser el brazo derecho de Florentino Pérez, deja en evidencia a Real Madrid y Barcelona, que se mantienen en silencio
Poco más de 48 horas después del anuncio de su creación, la Superliga fundada por doce de los clubes más potentes de Europa se desvanece después de la renuncia de los seis ingleses, los tres italianos y la del Atlético de Madrid, ante el silencio de Real Madrid y Barcelona.
Poco más de 48 después de proclamarse como uno de los doce clubes fundadores de la Superliga europea, “atendiendo a unas circunstancias que a día de hoy ya no se dan”, el Atlético de Madrid anunció este miércoles su renuncia al proyecto entre la “satisfacción” de su afición, su plantilla y Diego Simeone.
“El Consejo de Administración del Atlético de Madrid, reunido este miércoles por la mañana, ha decidido comunicar formalmente a la Superliga y al resto de clubes fundadores su decisión de no formalizar finalmente su adhesión al proyecto”, expresó a mediodía, horas después de la cascada de abandonos del martes de los seis equipos ingleses, que se separaron uno tras otro del futuro torneo.
El pronunciamiento de la Juventus de Turín, último en la cascada de deserciones, deja todavía un escenario de cierta incertidumbre. El club de Andrea Agnelli, vicepresidente de la Superliga, ha admitido que su paso al lado se debe al contexto actual, “pese a seguir convencido del valor deportivo, comercial y legal del proyecto”.
El club turinés entiende que la Superliga ahora mismo tiene “reducidas posibilidades de ser llevada a cabo en el formato en el que se había pensado” y apunta que los trámites necesarios previstos por el acuerdo
“Entendemos que es una buena mirada hacia la familia atlética, los méritos deportivos deben primar”
“Ha sido una gran victoria de la UEFA y del fútbol, que no pertenece a los grandes clubes, sino a todos”
“Reconstruyamos la unidad de la que gozaba el juego antes de esto y avancemos juntos”
“Ahora más que nunca el fútbol pertenece a sus seguidores”, algo a lo que se apuntó Ronald Koeman entre los clubes todavía no han sido completados”.
Las postura de renuncia de los tres clubes italianos ayer miércoles chocó con la firmeza que la Superliga mantuvo la madrugada pasada, cuando ya los ingleses habían abandonado la iniciativa.
El grupo reducido a seis aseguró entonces que seguía adelante y que se disponía a reconfigurar el proyecto, con el objetivo “de ofrecer a los aficionados la mejor experiencia posible” y potenciar “los pagos solidarios para toda la comunidad futbolística”.
Desde su punto de vista la marcha de los ingleses –Manchester United, Manchester City, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Tottenham Hostpur– se debió a la presión que habían ejercido sobre estos. Y, quizá, al margen de los rechazos oficiales de la UEFA, la FIFA, las ligas, las federaciones y la Comisión Europea, los clubes no esperaban que los aficionados se echaran a la calle para protestar por este nuevo modelo y menos en tiempos de pandemia.
La voz más fuerte ha sido la de los seguidores ingleses, apoyados por el Gobierno que pre