La evolución de una gran idea
MAZDA usa desde hace un par de años un motor de cuatro cilindros y dos litros denominado Skyactiv X. De gasolina, en el Mazda 3 homologa un consumo de 5,4 l/100 km, un resultado muy bajo y, particularmente, para un propulsor que es capaz de ofrecer 180 CV a 6.000 rpm y 224 Nm de par máximo a 3.000 rpm. Su característica más llamativa es que puede funcionar con mezcla pobre, esto es, más aire de lo normal (14,7 a 1).
Este motor ahora ha evolucionado y estrena la denominación e-Skyactiv X. Al margen de que aportan 6 CV más y se sitúa en 186 CV, o que aumentan 16 Nm el par máximo, obteniendo 240 Nm a un régimen superior, 4.000 rpm, mejora su consumo en tanto que en el Mazda 3, por ejemplo, el homologado queda en 5,0 l/100 km. Sigue empleando una suerte de término intermedio entre la compresión de un Diesel y el encendido con una bujía de un motor de gasolina, pero ha rebajado su relación de compresión a 15 a 1, tiene mayor presion de inyección, mejora la admisión, etc.
Este peculiar funcionamiento casi podría pasar desapercibido para muchos conductores si no fuese porque, en la pantalla central, se puede saber qué está ocurriendo en el motor usando una función que controla el flujo de combustible. La indicación SPCCI encendida nos dirá cuándo está usando esa mezcla pobre y, así, más eficiente es.
Este suavísimo motor e-Skyactiv X es capaz de trabajar entre el 95 y 97 por ciento del tiempo con mezcla pobre, y, puestos al volante del Mazda 3 podemos ratificar que ciertamente es así… a condición de que estemos acelerando poco y el régimen de giro de motor no supere las 4.500 rpm. También que el motor no esté frío. En su funcionamiento se nota lo bueno de los motores atmosféricos en los que, cuando se estiran, responden enérgicamente.
Está disponible tamién en el CX-30 por un precio de 32.075 euros, mientras que en el Mazda 3 lo está desde 27.645.