Mueren 82 personas en un fuego en un hospital de Bagdad
● Las autoridades iraquíes estudian las causas que provocaron la explosión de bombonas de oxígeno en un centro dedicado a pacientes de Covid-19
Las autoridades iraquíes comenzaron ayer a investigar las causas que provocaron la explosión de bombonas de oxígeno y el posterior incendio en un hospital dedicado a pacientes de Covid-19 de Bagdad, en el que murieron 82 personas y otras 110 resultaron heridas la noche del sábado.
El primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, pidió resultados sobre esta indagación en un plazo de 24 horas y habló de una negligencia “criminal”, mientras que el presidente del país, Barham Saleh, atribuyó en un tuit el siniestro a la “destrucción acumulada de las instituciones estatales por la corrupción y la mala gestión”.
Un portavoz del Ministerio de Interior aseguró al dar el balance de víctimas que éstas sufrieron quemaduras o tuvieron que saltar desde una altura considerable para huir de las llamas y advirtió de que el número de fallecidos podría aumentar debido a la gravedad de algunos de los lesionados.
En una grabación de una cámara de seguridad del hospital afectado, el Al Jatib, en el sureste de Bagdad, difundida por la prensa iraquí, se ve a un grupo de personas charlando en el pasillo frente a la sala donde tuvo lugar la explosión justo antes de que se produjera, sobre 22:20 del sábado.
De acuerdo a la difusión, algunas de las personas presentes en el interior del hospital huyeron despavoridas tras la fuerte expulsión, mientras que otros intentaron salvar a pacientes para sacarlos al exterior antes de que el pasillo se llenase de un espeso humo.
El Ministerio de Interior descartó en un principio que el suceso haya sido fruto de una acción intencionada y las primeras hipótesis sobre la causa de la tragedia apuntan a un cortocircuito como detonante de la explosión.
Si bien Kazemi aseguró a través de un comunicado que “la negligencia en estos asuntos no es un mero error, sino un crimen cuya responsabilidad deben asumir todos los negligentes”. “Que nadie me diga que fue por un fallo eléctrico, es una vergüenza”, añadió el primer ministro, que ordenó a la vez revisar “los trámites de seguridad en todos los hospitales, hoteles y lugares públicos en una semana” en todo Iraq, así como examinar “cada cable en cada sitio público y cada hospital”.
De momento han sido destituidos el director del hospital Al Jatib y el jefe de mantenimiento, mientras que un tribunal de Rusafa, la región a la que pertenece el centro sanitario, decretó el arresto del primero mientras duren las investigaciones.
Las responsabilidades han alcanzado también al ámbito político pues el Gobierno decidió suspender de forma temporal y someter a una investigación al ministro de Salud, Hasan al Tamimi.
Ésta se produce en un momento en que Iraq, uno de los países con más casos de Covid-19 en Oriente Próximo con algo más de un millón, registra cifras récords de contagios diarios.