Diario de Jerez

Madrid vuelca la política

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EL martes se celebran elecciones para elegir el Gobierno de Madrid, pero su trascenden­cia va más allá de las fronteras de esa comunidad: el 4 de mayo se va a decidir el futuro de las actuales fuerzas políticas españolas. No de forma indirecta, sino que del resultado de las urnas dependerá que partidos que aspiraban al gobierno pierdan cualquier posibilida­d de conseguirl­o algún día, que dirigentes locales se conviertan a corto plazo en líderes nacionales, que algún líder nacional se vea obligado a abandonar la política o, incluso, que el actual presidente del Gobierno empiece a darse cuenta de que, en contra de lo que pensaba, no va a tener posibilida­d de llegar con su Gobierno de coalición hasta el final de la legislatur­a y, quién sabe, quizá pierda la posibilida­d de ser reelegido cuando se celebren las próximas elecciones generales.

La última estocada recibida por Pedro Sánchez al hilo de las elecciones madrileñas se la ha dado Felipe González. El ex presidente, que sigue siendo el referente más importante del PSOE a pesar de las maniobras de la izquierda –incluida la socialista– por restar importanci­a a la Transición, y a pesar de que lleva años alejado del primer plano de la política nacional, ha iniciado unos podtcast en internet para expresar sus opiniones sobre la política y la economía. En el publicado hace dos días, aparte de denunciar la falta de liderazgo en España en general, escribe una frase absolutame­nte demoledora para Pedro Sánchez, pues es evidente que sólo puede referirse a él cuando dice: “Cuando todo está mal aparece un tío que dice que todo está bien”.

Felipe González no tiene capacidad de decidir sobre las elecciones madrileñas, pero cuando destacados dirigentes del mejor PSOE, entre ellos Leguina y Nicolás Redondo Terreros, o destacados miembros del mundo de la cultura y la sociedad, el último de ellos Fernando Savater, anuncian que van a votar a Isabel Ayuso, la cosa cambia para el PSOE actual y sobre todo para Pedro Sánchez.

EL PROBLEMA DEL PSOE

Porque el problema del PSOE en las elecciones del martes es Pedro Sánchez. Él eligió al candidato, Ángel Gabilondo, que no era mal candidato hasta que le obligaron a tomar iniciativa­s que le han perjudicad­o hasta el punto de que no sólo no va a mejorar el resultado anterior –Gabilondo ganó las elecciones de Madrid, pero no pudo gobernar porque Isabel Díaz Ayuso formó

Gobierno con Ciudadanos–, sino que el próximo martes perderá un número considerab­le de escaños, como recogen todas las encuestas. El culpable es sin duda Pedro Sánchez: él ha sido quien designó a Iván Redondo como jefe de campaña de Gabilondo –el todopodero­so jefe de gabinete del presidente va a apuntarse su primer fracaso–, él ha sido el que decidió la lista en la que incluyó a perfectos desconocid­os, él quien obligó a Gabilondo a desdecirse de su anuncio de que jamás pactaría con “este Pablo Iglesias” para decir lo contrario una semana más tarde … y volver a cambiar de discurso a cuatro días del 4-M.

Iglesias entró en la contienda madrileña harto de un Gobierno en el que no tuvo la cancha que esperaba. Sus compañeros de coalición dicen que se fue porque le costaba trabajar, no le entusiasma­ba su tarea. Una manera elegante de llamarle vago. Creía que sería candidato a la presidenci­a del Gobierno madrileño al fusionar su partido con el Más Madrid de Íñigo Errejón, y recibió una sonora bofetada de parte no de su ex brazo derecho, sino de la candidata Mónica García, que además le llamó machista con todas las letras.

Iglesias ha anunciado su intención de abandonar la política, retomar su trabajo de profesor en la Facultad

de Políticas de la Complutens­e y ejercer “el periodismo crítico”. El periódico Abc ha publicado que se encuentra en negociacio­nes con el controvert­ido empresario Jaume Roures, conocido por su independen­tismo y su izquierdis­mos radical, para dirigir un proyecto audiovisua­l en Mediapro. Es decir, que las elecciones madrileñas han echado de la política a quien aspiraba a gobernar España desde el populismo de izquierda radical.

Pablo Casado, que no vivía su

La última estocada recibida por Sánchez al hilo del 4-M se la ha dado Felipe González

mejor momento cuando Isabel Díaz Ayuso le telefoneó para comunicarl­e que acababa de convocar a su Gobierno para anunciarle que convocaba elecciones –se lo comunicó, no se lo consultó–, encontró en estos comicios la oportunida­d para promover su hasta entonces alicaída figura. Cuestionad­o por un número considerab­le de dirigentes regionales del PP que no compartían la fórmula de regeneraci­ón y renovación que imponía el secretario

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