Diario de Jerez

Un defensor del submarino en 1860

● El marino isleño fue un decidido partidario de la navegación submarina desde las primeras pruebas del ‘Ictíneo’ de Monturiol en 1860 y alentó la búsqueda de apoyos para el invento

- FRANCISCO GLICERIO CONDE MORA

Nueve años antes que es escritor Julio Verne (1828-1905) publicara su novela Veinte mil leguas de viaje submarino (Vingt mille lieues sous les mers) nuestro marino isleño D. Miguel Lobo Malagamba (1821-1876) escribió un artículo apoyando la navegación submarina y en concreto a su amigo Narciso Monturiol (18191885).

Dicho artículo titulado Invento del Ictíneo o sea del barco pez, para la navegación submarina, por D. Narciso Monturiol natural de Barcelona. Prueba del ictíneo verificada en aquella ciudad, ante el Duque de Tetuán y otro gran número de personajes, el 29 de setiembre último fue publicado en la revista El Museo Universal el 4/11/1860 y puede consultars­e en los fondos de hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España en Madrid.

En este artículo que citamos, Miguel Lobo, cuyo Bicentenar­io de su nacimiento estamos celebrando, destacaba la utilidad del invento de su amigo Monturiol: “Es un nuevo mundo el que puede explorarse con la navegación submarina; y los medios para verificarl­o los proporcion­a Monturiol, al mundo civilizado, con su Ictíneo o barco pez”.

En las páginas de esta publicació­n, El Museo Universal, podemos leer el consejo que Lobo daba a Monturiol: “Oiga don Narciso Monturiol el consejo que nuestra amistad le da para el feliz y pronto resultado de su empresa en beneficio del universo entero: Fe y perseveran­cia.”

Recordemos que el primer sumergible de Monturiol, el Ictíneo, fue botado por vez primera en aguas de Barcelona el 28 de junio de 1859. Después de una serie de pruebas fue presentado como dice Lobo en su artículo en septiembre de 1860 en el puerto de la Ciudad Condal.

Al año siguiente, en 1861, en el puerto de Alicante, Monturiol perfeccion­ó su sumergible, con todo éxito. Sabemos que Lobo siguió apoyando a Monturiol. Un año más tarde de la prueba en aguas alicantina­s, gracias al periódico La Discusión sabemos que una serie de personajes apoyaron una suscripció­n para apoyar a Monturiol y su invento afirmando: “(...) La navegación sub-marina es ya en el Ictíneo una verdad demostrada por una larga serie da experiment­os. Pero aún suponiendo que diese lugar a dudas, no sería justo abandonar al que se esfuerza en desvanecer­las. La indiferenc­ia por los grandes inventos ha costado siempre cara a las naciones. El imperio francés miró con desdén a Fulton, cuyo invento podía darle una decidida prepondera­ncia sobre la Gran Bretaña, y sucumbió a la de á los desesperad­os esfuerzos de los ingleses. No quiso Inglaterra a su vez dar oído a Philipo Coles, que proponía la construcci­ón de los nuevos buques de hierro, y hoy ha visto llena da alarma, y quizá de temor, realizada la idea por Ericson en una nación qua la inspira siempre desconfian­za y celos. Aprendamos de los demás; y apoyemos todos el Ictíneo Monturiol”.

La fecha en Madrid el 30 da mayo de1862 y los firmantes son los siguientes personajes: Pascual Madoz, presidente; el marqués de Perales, vicepresid­ente; el duque de Sesto, el duque de Villahermo­sa, Alejandro de Castro, José Salamanca, Fermín de Lasala, el duque de Veragu, el duque de Abrantes, Nicolás María Rivero, Luis González Bravo, el conde de Belascoain, Eusebio Salazar y Mazarredo, José Xofré, Francisco Goicoerrot­ea, el marqués de Vallehermo­so, Juan Antonio Iranzo, Pedro Calvo Asensio, Laureano Figuerola, Jorge Lasso de la Vega, Adelardo López de Ayala, Adolfo Bayo, Francisco Camprodon, Antonio Ros de Olano, Estanislao Figueras, Diego Coello y Quesada, Dionisio López Roberts, Cristóbal Martin de Herrera, Francisco Permanyer, José Salgas, Eduardo Asquerino, Eduardo Gasset y Matheu, Miguel Lobo, Francisco Pí y Margall, Enrique del Pozo, Aniceto Puig, Félix Borrell, Fernando Corradi, Eugenio García Ruiz, Francisco de P. Montemar, Jasó Luis Albareda, Antolín Udaeta y Joaquín Helguero, secretario.

En 1864 Monturiol construyó el Ictíneo II, primer sumergible con propulsión de una máquina de vapor. Desgraciad­amente, faltó concretar el apoyo gubernamen­tal a su proyecto, lo que hizo que a la postre el Ictíneo II fuera vendido para chatarra en 1868, dejando pasar esta oportunida­d para España y la Armada. A día de hoy, una réplica del Ictíneo II puede contemplar­se en Barcelona.

No fue el artículo publicado en El Museo Universal el único apoyo de Miguel Lobo a Monturiol y su sumergible. En 1863, firmado por el brigadier de la Armada Jorge Pérez Lasso de la Vega y Orcajada (1792-1871) y por nuestro personaje Miguel Lobo Malagamba (entonces capitán de fragata) se publicó el siguiente documento: Dictámenes científico­s acerca del Ictíneo o Barco-Pez para la navegación sub-marina. por la Comisión de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales del Ateneo Catalán, por el Brigadier D. Jorge Lasso de la Vega y por el Capitán de Fragata D. Miguel Lobo. Fue publicado en La Habana, figurando como impresor la Librería e Imprenta El Iris.

Al igual que a Monturiol, la falta de apoyo gubernamen­tal a estos inventores hizo que nuestro país no pudiera aprovechar sus innovacion­es. Es el caso del inventor riojano Cosme García Sáez (18181874), coetáneo de Lobo y Monturiol que también realizó sus pruebas en el puerto de Alicante. Su proyecto llegó a interesar incluso al emperador Napoleón III (sobrino de Napoleón I). Finalmente, Cosme García falleció en la pobreza en Madrid en 1874.

Lo cierto es que años después de fallecidos Narciso Monturiol, Cosme García Sáez y Miguel Lobo, las aguas de nuestra ínsula fueron testigo del éxito de las pruebas del submarino de Isaac Peral, el 8 de septiembre de 1888. Sin embargo, al igual que con Monturiol y anteriorme­nte con Cosme García, faltó el apoyo para que el marino cartagener­o pudiera continuar con su proyecto.

Las Guerras Mundiales del pasado siglo XX, demostraro­n lo que ya dijera Miguel Lobo en 1860, la importanci­a militar de los submarinos. Ya en pleno siglo XXI, tan sólo hace unos días, en Cartagena (donde se conserva el casco del submarino de Isaac Peral que en su tiempo estuvo en nuestro Arsenal de La Carraca) se ha botado el S-81 Isaac Peral, moderno submarino de propulsión diésel-eléctrica. En próximas fechas estarán a punto los submarinos de la misma clase S80 Plus, el S-82 Narciso Monturiol –así llamado por inventor del Ictíneo– el S-83 Cosme García yel S-84 Mateo García de los Reyes. Al igual que con tantas otras iniciativa­s del momento que le tocó vivir nuestro marino isleño D. Miguel Lobo animó y apoyó la navegación submarina como hemos visto en este artículo.

Lobo animó y apoyó la navegación submarina y anticipó su importanci­a militar

El ‘Ictíneo II’ fue vendido para chatarra y Cosme García falleció en la pobreza en 1874

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EFE El S-81 ‘Isaac Peral’, unos días antes de su reciente botadura.
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