Diario de Jerez

Ignacio de la Peña, el artífice del pabellón de Jerez en la Expo

El arquitecto jerezano salvó, junto a Ramón González de la Peña, la presencia de la ciudad en la Muestra Universal

- R. Navas

Sin él y sin Ramón González de la Peña habría sido imposible que, en tiempo récord, Jerez hubiese sido la única ciudad del mundo con pabellón propio en la Expo 92 de Sevilla. Para muchas personas, este evento universal que sucedió hace ya 29 años, que se dice pronto, es algo que ha pasado desapercib­ido. Sin embargo, para otras es un acontecimi­ento que marcó un antes y un después de lo que somos en España y en Andalucía.

También en Jerez. Esta ciudad quiso estar presente desde un primer momento en la Expo por la fuerza que exhibía siempre en el mundo turístico, con el impulso de un circuito de velocidad que se puso en marcha seis años antes, su Feria del Caballo (cuestionad­a con la peste equina que cercenó el consejero Miguel Manaute) y por supuesto sus vinos universale­s.

Así crearon desde la sociedad Tierras del Jerez, formada por el Ayuntamien­to y muchas empresas de la ciudad, un gran pabellón los arquitecto­s jerezanos Ignacio de la Peña Muñoz, fallecido este martes en Sevilla a los 69 años de edad, y Ramón González de la Peña.

Estaba llamada esta construcci­ón a ser una de las grandes de la isla de La Cartuja cuando se produjo el gran choque entre la Sociedad Estatal y Tierras del Jerez. Hubo algo más que la presencia de la peste equina en ese enfrentami­ento. No ayudó la trifulca entre Pacheco y RojasMarco­s, entonces alcalde de Sevilla con el apoyo de Soledad Becerril, del PP, que acabaría dinamitand­o el Partido Andalucist­a.

Y así, entre Jacinto Pellón y Alejandro Rojas-Marcos, a pocos meses de la inauguraci­ón de la Expo de Sevilla, a Ignacio y a Ramón de la Peña le dicen de buenas a primeras que de 2.500 millones de pesetas, nada. Que el pabellón de Jerez ya no va a ser permanente ni va a tener un picadero y otras instalacio­nes para después del 92. Las empresas patrocinad­oras dan un paso atrás y el presupuest­o se reduce a poco más de 500 millones de pesetas.

Pese a ello y a pesar del poco tiempo, Ignacio y Ramón lo cambian todo y consiguen que Jerez cuente con un pabellón, bien distinto, en la Expo 92. Piezas prefabrica­das y un cambio de concepto que, como decimos en tiempo récord, logran que esta presencia de la ciudad en la Muestra Universal no se vea mermada.

El pabellón efímero que crearon Ignacio y Ramón no pervivió porque su obra fue, como otras, demolida. Pero, a pesar de las limitacion­es, el de Tierras del Jerez, con sus ‘casetas’ de feria, sus exhibicion­es ecuestres y hasta su robot el Capitán Thomas Coram, fue uno de los pabellones más recordados y disfrutado­s en La Cartuja.

Lo rememoraro­n ambos en este Diario cuando se cumplió el 25 aniversari­o de la Expo. Lo recordarem­os siempre quienes tuvimos la suerte de vivir en primera persona un trabajo excepciona­l de Ignacio de la Peña que debe perdurar en el tiempo, como muchos de los premios que recibió a lo largo de su carrera.

Un excepciona­l profesor de Arquitectu­ra que siempre será recordado entre sus alumnos. Persona afable, didáctica, creativa, entrañable y con gran sentido del humor, que nos ha dejado demasiado joven su enseñanza para todos.

Descanse en paz.

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PASCUAL Ignacio de la Peña, en 2017 en Jerez.
 ??  ?? Ignacio de la Peña, a la derecha de Pacheco, en la foto, durante la inauguraci­ón del pabellón de Tierras del Jerez en la Expo 92.
Ignacio de la Peña, a la derecha de Pacheco, en la foto, durante la inauguraci­ón del pabellón de Tierras del Jerez en la Expo 92.

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