La UE debatirá con cautela el plan de Biden para liberar patentes
la exportación de inmediato y eviten medidas que interrumpan las cadenas de suministro”, en una referencia velada a las casi inexistentes entregas de dosis de EEUU a otros países.
Fuentes europeas explicaron que una liberalización de patentes tardaría al menos dos años en hacerse efectiva a través de la Organización Mundial del Comercio, y apuntaron que los principales beneficiados serían dos grandes potencias como China y la India, ya que se aprovecharían de la tecnología “revolucionaria” del ARN mensajero (ARNm), que supone una “ventaja competitiva” que hay que “preservar”.
La maniobra de la Administración que dirige Joe Biden, en la que subyace una lucha por el relato entre grandes potencias, pilló por sorpresa a la UE.
Washington no avisó de antemano a Bruselas, según se deducía de la elusiva respuesta que ofreció y reiteró en rueda de prensa la viceportavoz de la Comisión Europea, Dana Spinant
–“No tengo constancia”, dijo– y confirmaron después las citadas fuentes comunitarias.
En todo caso, las fuentes mantienen que liberalizar las patentes no es la “varita mágica” que resuelve el problema, sino que es necesario aumentar las donaciones de dosis, reducir las restricciones a la exportación y aumentar la producción mundial.
Bruselas ha facilitado datos (parciales) sobre entregas a terceros países de vacunas producidas en la UE por empresas como PfizerBionTech,
Moderna, Astrazeneca o Janssen. El desglose de los datos ofrecidos muestra que el grueso no ha ido destinado a países pobres: entre el 30 de enero y el 3 de mayo, la UE autorizó la exportación de 178 millones de dosis a 45 países. Los destinos conocidos, el 82% del total, corresponden a Japón, el Reino Unido, Canadá, México, Arabia Saudí, Turquía, Suiza, Singapur, Colombia y Corea del Sur.
Los Veintisiete y asociados como Andorra o Islandia han recibido entre tanto 190.619.971 millones de dosis, según el último recuento del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, mientras que Washington ha tenido prácticamente secuestrada su producción y ha administrado unas 250 millones de dosis a sus ciudadanos.
Desde que los científicos empezaron a buscar la vacuna, la liberalización de patentes ha sido parte del debate, alentada por organizaciones humanitarias y países en desarrollo. Hasta ahora, la CE se había mostrado contraria a esa medida. El anuncio de Washington, que no es una decisión en firme pero que llevó a las farmacéuticas a caer en Bolsa, no ha gustado a la industria de las medicinas.
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