“El desprestigio del CGPJ es de los políticos, no de la judicatura”
La abogada considera necesaria y urgente la renovación del órgano de gobierno de los jueces porque no se puede trabajar “sin programa ni ilusión”
Pilar Sepúlveda, abogada sevillana y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del PSOE, reflexiona sobre los momentos más conflictivos de su mandato y sobre los culpables de la falta de reno vación después de más de dos años de retraso.
–¿Cómo recuerda su paso por el CGPJ?
–Fui nombrada en 2013 y caí en un mundo extraño porque allí había jueces que eran compañeros de promoción o se conocían y muchos eran de Madrid. Allí aterrizamos personas que veníamos de un mundo totalmente ajeno y además de provincias. Aunque yo llevaba años ejerciendo como abogada, no había tenido una relación muy estrecha con los jueces pero desde que estoy en el Consejo he empezado a apreciarlos y a respetarlos más que nunca, son personas que trabajan mucho, están muy preparados y no veo que se les trate bien.
–¿Cuál ha sido el momento más difícil que ha vivido?
–Ha habido muchísimos. El primero y uno de los más difíciles lo viví al poco de llegar, cuando me tocó hacer el informe sobre la ley del aborto de Gallardón con una vocal conservadora con la que tenía posiciones absolutamente encontradas, imposibles de compaginar, un choque de trenes irreconciliable. Opté por hacer un informe propio, sabiendo que nunca iba a salir adelante por la mayoría conservadora. También tuve problemas con mi familia extensa por el hecho de defender esas posiciones. Envié mi informe a mis compañeros para que me hicieran aportaciones y al día siguiente me sorprendí al verlo en todos los periódicos, aunque yo no había hablado con la prensa. Al final aquella ley nunca salió adelante.
–¿Fue por su informe?
–Yo siempre digo que el mosquito no puede picar al tren pero sí al maquinista. No creo que fuese por eso pero fue un punto más.
–¿El peor momento para la renovación fue el whatsapp del portavoz del PP Cosidó sobre el control de la Sala Segunda del Supremo desde detrás?
–Fue terrible y una actuación vergonzosa. No sé cómo ese hombre siguió con la cabeza alta porque además la renovación estaba cerrada y lo estropeó todo.
–Siempre la he visto como la progresista en minoría. ¿Eso le ha hecho más luchadora?
–A veces te hace más luchadora y otras te tienes que aplacar. Cuando entré en la Comisión Permanente en 2015 me di cuenta de que es más importante negociar que luchar. Cuando estás en franca minoría y no puedes sacar un tema adelante, es mucho mejor negociarlo y conseguir al menos algo.
–Sin embargo, en febrero el CGPJ asumió su ponencia contra la Ley de Libertad Sexual de la ministra Irene Montero.
–Soy progresista pero no por eso voy a defender una cosa que, a mi juicio, no tiene razón. No creo que el cartel de progresista signifique votar todo lo que diga la izquierda, sino lo sensato. Ése fue uno de los primeros problemas que tuve en el Consejo cuando voté en contra de los progresistas en el informe sobre la Ley del Estatuto de la Víctima, que era una ley conservadora de Rajoy. Mis compañeros se disgustaron porque la ley salió adelante con mi voto, pero les dije que llevaba 20 años luchando con víctimas de violencia de género y sexual, defendiendo la participación de ellas en el proceso y no podía consentir aquello.
–¿El actual CGPJ ha sido mejor o peor que otros?
–Ha habido otros más conf lictivos y con mandatos prorrogados más tiempo. Nosotros comentamos que éste es uno de los consejos donde los vocales se muestran más respeto, hemos trabajado en un clima de lealtad institucional pese a las sensibilidades políticas muy diferentes. Nos enfrentó mucho la limitación de funciones y antes cuando se intentó bajar el quórum para la renovación. Cuando entramos en funciones hubo un primer momento en que no hubo mayor problema pero luego empezaron a atacar como si fuéramos culpables de que no nos renovasen y la culpa no es nuestra, nos tienen que renovar por un acuerdo de los partidos.
–¿Quién es el principal culpable del bloqueo?
–El culpable es quien no tiene interés y al PP no le interesaba la renovación porque con el Consejo conservaba algo de poder. Cuando el PP perdió las elecciones vio que el Gobierno y el Parlamento quedaban en manos de los progresistas y el CGPJ era el único con mayoría conservadora. Aunque tenían que renovarnos, no veían el momento porque no les convenía. Desde mi punto de vista se han saltado un mandato constitucional.
–¿Está madura la renovación para abordarla ahora que han pasado las elecciones en Madrid?
–Está maduro desde hace un millón de años pero siempre tenemos que esperar al momento político: si estamos ante unas elecciones, no se puede negociar con el otro partido y ahora que hablan de adelantar las elecciones andaluzas vamos a tener que buscar otra vez el hueco. Es necesario y urgente que nos renueven, esto está acabado, nosotros seguimos trabajando pero ¿con qué programa y con qué ilusión lo podemos plantear?. Estar siempre interino por 15 días es difícil. Yo tengo mi despacho en Sevilla preparado para volver desde hace dos años.
No creo que el cartel de progresista signifique votar todo lo que diga la izquierda, sino lo sensato”
–¿A quién está haciendo más daño el desprestigio?
–A los políticos, no a la judicatura. Y sobre todo los políticos que están en el poder.