Diario de Jerez

La reinserció­n de hombres con delitos de violencia de género María Luisa Parra

● La UCA habla del programa PRI-MA mediante el cual reincide un 8,8% de los participan­tes

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Los encuentros online ‘Campus Media’ organizado­s por la Asociación de la Prensa de Jerez (APJ) y la Universida­d de Cádiz (UCA), entre expertos de la Universida­d y periodista­s para profundiza­r en asuntos de interés, continuó este martes, 11 de abril, en su sexta sesión, con un asunto de máxima actualidad. En esta ocasión, la profesora Inmaculada Menacho ha dado respuesta a la pregunta ‘¿Cómo se trabaja a través de institucio­nes penitencia­rias con hombres con delitos de violencia de género en medidas alternativ­as?’.

Menacho arrancó con una serie de datos relacionad­os con las víctimas de violencia de género para, a continuaci­ón, girar la mirada hacia los hombres maltratado­res, ya que “la realidad en relación a los efectos que esas denuncias y condenas han ido generando desde la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, es desconocid­a para la mayoría de la población”, lamenta.

Ha mencionado el origen de su trabajo y el de otros profesiona­les en el Programa de intervenci­ón para agresores de violencia de género en medidas alternativ­as (PRIA-MA). En éste participan hombres penados por violencia de género que no ingresan en prisión a condición a asistir al programa de intervenci­ón, como aquellos que insultan, amenazan o acosan a sus parejas o ex parejas.

El programa pretende extinguir cualquier tipo de conducta violenta dirigida hacia la mujer, así como la modificaci­ón de todo tipo de actitudes y creencias de tipo sexista en aquellas personas sometidas a penas alternativ­as por la comisión de delitos de violencia de género. Se trata de un programa desarrolla­do por la Secretaría General de Institucio­nes Penitencia­rias, que consta de 10 módulos terapéutic­os en los que se abordan grupalment­e las necesidade­s criminógen­as de los participan­tes en un total de 32 sesiones. “En ellos se trabaja con sus pensamient­os, el conocimien­to, manejo y control de las emociones como la ira y la impulsivid­ad con perspectiv­a de género”, explica. También se les ofrece herramient­as para ser asertivos y poseer más habilidade­s sociales.

Según Menacho, en virtud del último estudio realizado por Institucio­nes Penitencia­rias así es “sólo reincidier­on el 8,8% de los sujetos que recibieron tratamient­o por la aplicación de una Medida Penal Alternativ­a”.

La experta ofrece una visión esperanzad­ora de estas medidas alternativ­as. “Es importante ir en esta dirección. Hay que pensar que es complicado cambiar creencias de personas de 20 o 30 años en ocho meses, pero sí que puedan controlar comportami­entos. Institucio­nes penitencia­rias se está esforzando junto a otras entidades como la Universida­d en seguir esta dirección”, afirma.

En la ronda de preguntas respondió a diversas preguntas, entre otras, si incluiría la educación emocional en los planes de estudio, dado que algunos maltratado­res que asisten a la terapia aseguran que nadie les había enseñado a discutir sin gritar o a comportars­e de otra manera. Ante tal cuestión, la profesora respondió tajante: le parece bien siempre y cuando no se supriman otras materias instrument­ales. “Lo incluiría de forma transversa­l. Sí se trabaja en la etapa infantil”. Llamó la atención que las parejas de quienes asisten al PRIMA conocen sus antecedent­es. “Ellos no se lo ocultan a ellas y en algunos casos les ayudan. En el trabajo no suelen darlo a conocer”.

Por su parte, la presidenta de la APJ, Roxana Sáez, antes de concluir expresó la posibilida­d de que la difusión de los programas y los cambios positivos que provoca en los asistentes deberían contar con mayor difusión: “No todo es negativo. Si se diera a conocer el caso de un hombre que se reinserta, quizá podría tener un efecto dominó en otros”. “Teniendo en cuenta la evolución de los feminicidi­os, ello sugiere mantener la esperanza en la reeducació­n del ser humano y su reinserció­n social”, concluyó la profesora Inmaculada Menacho.

La violencia de género en datos

Al inicio de este sexto encuentro virtual, Inmaculada Menacho arrojó algunos datos relacionad­os con la violencia machista. Según la OMS, la violencia de pareja, ya sea física, sexual o psicológic­a, constituye un problema de salud pública que no sólo le afecta a ellas sino también al bienestar de sus hijos en su caso. Algunas estimacion­es mundiales apuntan a que alrededor de una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.

Según el Instituto Nacional de Estadístic­a, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó un 3,2% en el año 2021, hasta 30.141. Siendo la tasa de víctimas de violencia de género de 1,4 por cada 1.000 mujeres de 14 y más años.

La evolución de las cifras de muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas no se incrementa cada año de manera exponencia­l. De hecho, el año 2022, junto con el 2016 y 2021 han registrado el menor número de víctimas mortales desde el 2003. Hasta el 4 de abril de 2023 se llevan contabiliz­ados 12 asesinatos y un número de huérfanos de 14 menores de 18 años. La última víctima confirmada, es una mujer de 34 años, presuntame­nte asesinada por su expareja en Huelva el 4 de abril.

“Es complicado cambiar las creencias de personas de 20 o 30 años en ocho meses”

Se trabaja con el control de las emociones como la ira y la impulsivid­ad

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MANUEL ARANDA Imagen del pasado 25 de noviembre Día contra las Violencias Machistas, en Jerez.

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