PABLO IGLESIAS: QUE SE ACLARE DE UNA VEZ
HACE unos meses la llamó traidora por primera vez, con razón, y se lo volvió a llamar en sucesivas ocasiones. Después, Pablo Iglesias empujó a Belarra y Montero a que dieran instrucciones a su gente para que no acudieran al acto de presentación de Sumar, pero ahora en Zaragoza, donde Podemos celebró su Fiesta de Primavera, Iglesias ha hecho un alegato sobre la unidad que obliga a pedirle que se aclare. Porque con tanto bandazo ya no se sabe qué quiere Podemos, quién marca su estrategia, qué planes tiene Podemos respecto a Sumar y hasta qué punto los sondeos están provocando esos bandazos que no conducen a nada bueno.
Ayer, Iglesias se encontró con un nuevo sondeo demoledor, en
Voz Populi: Sumar está imparable y Podemos se hunde irremediablemente. Y si Sumar está imparable, que no se indignen en Podemos con Yolanda Díaz, porque fue Iglesias quien la nombró ministra e Iglesias quien la nombró vicepresidenta, a pesar de que conocía perfectamente la trayectoria de la mujer a la que incluso designó candidata de Podemos a la Presidencia del Gobierno. Una trayectoria plagada de deslealtades y traiciones a los sucesivos dirigentes de diferentes partidos que la iban llevando a las alturas. Las reclamaciones por el fiasco, que se presenten por tanto en la ventanilla de Galapagar.
Iglesias gimotea porque Díaz no acaba de pronunciarse a favor de la unidad. La líder de Sumar, que calla todo lo que puede porque es lo más prudente, prefiere esperar a los resultados del 28-M antes de dar cualquier paso. Se comprende. Si Podemos se da un batacazo, no le conviene la unión con un partido en declive. De ahí las prisas de Podemos para que Yolanda anuncie su intención de acudir unidos a las generales. Díaz, por otra parte, sabe también que Sánchez ruega por esa unión, porque la división castiga en las elecciones, pero también es cierto que en Moncloa reconocen que ya no están tan seguros de que sea tan importante la fusión a su izquierda, porque si en las autonómicas y municipales no le va bien al trío Belarra-Montero-Iglesias, y sí a Sumar se le echa una mano para que tenga una mínima infraestructura y organización el día de las generales y puede llevarse un buen número de escaños con los que ayudar a Sánchez a alcanzar la mayoría para gobernar. Difícil, porque la imagen de Sánchez está seriamente dañada, pero en ocasiones más complicadas logró remontar.
Como diría el clásico –se le adjudica a Pío Cabanillas– lo urgente es esperar. Toca por tanto esperar al 28-M, porque si Podemos se hunde, ya puede Iglesias clamar por la unidad, será clamar en el desierto. Sin perder de vista otra alternativa de operación unitaria: Yolanda y PSOE juntos, a la desesperada.
Toca esperar al 28-M, porque si Podemos se hunde, ya puede Iglesias clamar por la unidad, será clamar en el desierto