LONGEVIDAD
Casos que sorprenden como los de Joaquín o Fernando Alonso
Aveces en una simple reunión con unos amigos o una charla con los vecinos surge cualquier comentario, recuerdo o anécdota que nos hace de repente sentir el peso inexorable del tiempo. Es cuando caemos que ya no somos ni tan fuertes, ni tan poderosos, ni vamos a comernos el mundo. Nos damos cuenta de la certeza ineludible cuando el poeta escribió aquello de “al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Quizás solo nos queda saber retirarnos con dignidad.
Ver jugar a Joaquín con sus más de 41 años te da alegría, pero como el mismo ha dicho en alguna ocasión, ahora hay cosas* que no puede hacer en el campo, velocidad, explosividad, que por supuesto suple con otras características, lee mejor el juego, sabe colocarse más eficientemente en el campo. Pero una cosa está clara, por muy longevo que seas en el desempeño de una tarea, el punto final hay que saber aceptarlo.
Otro claro ejemplo de esto que hablo es el piloto asturiano de Formula Uno Fernando Alonso, quien a pesar de su veteranía está demostrando estar todavía en condiciones óptimas para liderar el proyecto de Aston Martin. Pero en el fondo todos sabemos que estamos asistiendo al final de una gran carrera deportiva.
Quizás donde sea más evidente que el tiempo no perdona es cuando seguimos el calvario de estos últimos meses de Rafael Nadal y cómo ha empezado a brillar en el mundo del tenis la figura de Carlos Alcaraz. No sabemos si todavía el esfuerzo del mallorquín a sus 36 años le permitirá realizar alguna gesta más, pero lo que si tenemos claro es que si nada se trunca la próxima década estará dominada por el murciano de 19 años.
Y así podríamos seguir desglosando casos y más casos, porque desgraciadamente nos hacemos viejos y, al igual que nosotros en su momento, los jóvenes serán los herederos del mundo, aunque solo por un tiempo. Eso sí, si somos capaces de dejarles un mundo medianamente en condiciones. Por eso digo que deberíamos saber retirarnos con dignidad y esa dignidad vale para todos los ámbitos de la vida, desde el deporte, pasando por el cuidado del medioambiente o los valores con los que hemos dado ejemplo. No olvidemos la canción de Tomasito que dice “camino del hoyo” vamos todos queramos o no.