Picasso se instala en Vejer
● El Museo municipal acoge una de las cuatro muestras en todo el país con motivo del aniversario de su muerte, ‘Picasso sobre papel. Antología’, realizadas en su plenitud creativa
La obra de Pablo Ruiz Picasso, el genial artista mundialmente conocido y cuya obra revolucionó la historia del arte, llega y se instala en Vejer. Un muestrario de su extensa y alabada producción se expone, en exclusiva, en el municipio de la Janda. Solo el Momart de Barcelona, el Museo Reina Sofía de Madrid y el Museo Casa Natal de Málaga se convierten, junto a este bello municipio de 13.000 habitantes, en la escena de la muestra conmemorativa a medio siglo de su muerte, en una buena representación de esta etapa tan prolífica del cubismo, del que fue pionero. También podrán verse otras facetas de su obra en grandes capitales europeas y americanas con motivo de esta efemérides.
Vejer y Picasso entran así en comunión en su Museo municipal, se conocen, estrechan sus almas y sellan su vínculo con esta exposición, que será la primera de muchas, según confirmaba el teniente de alcalde José Ortiz, responsable de este hito a tenor del acuerdo con la Casa Natal de Málaga, “pues vendrán más exposiciones de Picasso y de otros artistas de renombre”, dijo.
La primera de las numerosas exposiciones que sitúan a Vejer en el mapa internacional del arte y la cultura, y que ayer abrió sus puertas en una cita a la que acudieron el alcalde de Vejer, Manuel Flor; José María Luna Aguilar, director de la Agencia Pública Casa Natal Pablo Ruiz Picasso; el director del Museo de Vejer, Juan Jesús Cantillo, José Ortiz; la concejala de Cultura, Francisca Sánchez, y un nutrido público que no quiso perder detalle del gran evento.
Un gran momento servido por la exposición ‘Picasso sobre papel. Antología’, integrada por 25 obras “cuidadosamente seleccionadas por el comisario Mario Virgilio Montañez”, entre las que figuran bocetos, litografías y carboncillos realizados entre 1947 y 1966, “que fue el momento de mayor esplendor a nivel creativo del artista”, explicaba el director del Museo.
La exhibición se articula en dos salas de la originaria Casa Palacio del Marqués de Tamarón en el XVIII, que han sido expresamente acondicionadas para acoger y abrazar esta mimada obra, “con las condiciones mínimas que exigían de luminaria y temperatura desde la Casa Natal”. Un ambiente expresamente creado, de luz tenue e íntimo, que invita a adentrarse en el universo picassiano en este particular momento del autor, que ha sido el elegido para Vejer.
Nada más poner un pie en la sala, el visitante visualiza una proyección sobre los albores de este hito expositivo, hasta que la obra llega custodiada al Museo vejeriego por la Policía Nacional. A partir de ahí, se encuentra, frente a frente, con una de las piezas más impactantes de la muestra, por el inconfundible trazo del autor.
Se trata de
“que hemos querido situar expresamente ahí para que el visitante lo reconozca, como ocurre en el Museo de Cádiz con sus sarcófagos o en el Museo Arqueológico con la Dama de Elche”. La primera de toda una representación de temas que reflejan algunas de sus claves y obsesiones, con obras raramente vistas.
Así, el autor de la paloma de la paz trae otras piezas de aves, “que hizo a modo de homenaje a su padre, que fue artista y profesor de la Escuela de Arte en Galicia y que supo reconocer las habilidades creativas de su hijo”. De hecho, era esta una temática que abordaba su progenitor, “por lo que creó el símbolo de la paloma de la paz y otras obras como
que es una litografía en dos colores, y
También destacan los dos retratos de la que fue su última compañera durante una década, y la madre de dos de sus hijos. De Françoise
Guillot, 40 años más joven que él, puede verse una pieza con trazos más realistas en litografía
y cubistas “La firma aparece alrevés, y en función de cómo aparece se reconoce qué técnica usaba”.
Uno de los temas iconográficos del autor, la mujer, también aparece representado en el retrato de otras de sus esposas, así como en
y
“en referencia a una etapa anterior en la que estuvo enamorado de una amazona a la que dibuja cuando pasa el tiempo”.
La muestra integra dos estampas en las que ofrece la interpretación y homenaje al pintor renacentista alemán Lucas Cranach, donde puede apreciarse “la evolución de una obra desde el boceto sin firmar, a la obra final ya desarrollada”, dice Cantillo. Y se completa con otros referentes del autor como la sensualidad o el deseo en plena vejez en así como la pasión por el Mediterráneo en
y los
Un recorrido por Picasso en la plenitud de su habilidad y dispuesto a permanecer por largo tiempo en Vejer, “que ha llegado a la cima con esta muestra, y en la que pretendemos mantenernos”. En el epicentro del turismo, con la cultura como gran reclamo.